El intercambio comercial externo dejó en mayo un saldo positivo de 1905 millones de dólares, según informó el Indec, que representa una caída del 25 por ciento frente al mismo período del año pasado, a causa de un fuerte aumento en las importaciones, que superó al de las exportaciones. Más allá de la reducción interanual del saldo, la entrada de dólares fue importante, y se espera un desempeño similar para los próximos meses, por el efecto positivo de la liquidación de la cosecha gruesa, en especial la de soja, que será record. Teniendo en cuenta las expectativas de crecimiento de la economía, hacia fin de año las importaciones podrían volver a presionar sobre el resultado comercial. Aun así, consultoras privadas vaticinan un saldo anual de al menos 13 mil millones de dólares.

A diferencia de la convertibilidad, donde las divisas necesarias para financiar las importaciones y el pago de la deuda externa provenían del endeudamiento y la venta de activos estatales, en el actual esquema de tipo de cambio competitivo y mercados financieros cerrados esa fuente es el intercambio comercial. Los “dólares comerciales”, además, permiten al Banco Central intervenir con holgura en el mercado cambiario, e incluso pagar vencimientos directamente con reservas. De ahí que el superávit comercial sea para el Gobierno un pilar macroeconómico. De enero a mayo acumula 6157 millones de dólares, un 27 por ciento menos de lo obtenido en el mismo período en 2009.

Durante 2009 el saldo tuvo un fuerte crecimiento por el derrumbe de las importaciones a partir de la caída en la actividad y en menor medida por las restricciones comerciales oficiales. En parte, ese desempeño impacta en las espectaculares subas actuales. “Se compara contra un año con bajas importaciones –en mayo del año pasado la caída interanual fue de 48,9 por ciento–. Pero en el alza de estos meses también aparece claro el efecto de la recuperación económica”, explicó a este diario Mauricio Claverí, economista de la consultora Abeceb.com. “De todas formas, el saldo es significativo”, agregó.

En mayo las importaciones subieron un 72 por ciento y llegaron a 4574 millones de dólares. Fueron impulsadas por bienes intermedios, con una suba de 34 por ciento, por las compras de minerales de hierro y productos químicos ligados a la agroindustria. Le siguieron bienes de capital, con un incremento del 44 por ciento por las adquisiciones de grupos electrógenos, aviones ingresados temporalmente y vehículos para transportar mercancías. También crecieron las importaciones de combustibles, en especial gas oil, y las autopartes, necesarias para hacer frente al fuerte crecimiento de la producción de automóviles. En todos los casos, se trata de un comportamiento vinculado con la recuperación de la economía y de la inversión, que en el primer trimestre subió 13,1.

Por su parte, las exportaciones fueron de 6479 millones de dólares, un alza del 25 por ciento a partir los productos primarios, cuyas ventas subieron un 94 por ciento. Se destacó la colocación de porotos de soja a China, Egipto y Taiwán y la venta de cereales, en especial maíz, a Indonesia, Japón, Marruecos y Vietnam. No tuvo el mismo comportamiento el aceite de soja, producto con mayor valor agregado que el poroto, que evidenció la medida paraarancelaria impuesta por China, que elevó el requerimiento de calidad y restringió “de hecho” sus compras.

También crecieron en un 23 por ciento las ventas de manufacturas de origen industrial. En particular, material de transporte terrestre subió un 76 por ciento, por las ventas de vehículos a Brasil. En el rubro combustibles y energía se destacó la exportación de propano licuado y gas licuado de petróleo hacia Chile y butanos licuados hacia Brasil. El saldo del comercio bilateral con Brasil fue nuevamente negativo por 194 millones de dólares. Las importaciones crecieron un 63 por ciento, llegando a 1453 millones de dólares, mientras que las exportaciones subieron un 39 por ciento, hasta los 1259 millones.