La activación del nuevo gasoducto transmagallánico permitirá aportar desde el próximo miércoles 5 millones de metros cúbicos de gas diarios al sistema, un buen bálsamo para atender la creciente demanda del fluido justo en el inicio del invierno. Aun así, Argentina tendrá que seguir importando combustibles sustitutos (gasoil o fuel) para cubrir el actual déficit que existe entre la producción y el consumo. El nuevo tendido será completado con obras adicionales para reforzar la capacidad instalada del Gasoducto San Martín –el que se utiliza para traer el gas desde el sur de la Patagonia–, lo que permitirá en el futuro subir hasta los 18 millones de metros cúbicos el aporte del gas fueguino. Se trata de tender caños adicionales y añadir plantas compresoras para ampliar la capacidad de transporte. La obra fue llevada adelante por el Ministerio de Planificación Federal, a través del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), con la administración de Nación Fideicomiso y la Transportadora de Gas del Sur (TGS) en calidad de gerenciadora del proyecto. El emprendimiento permitirá poner en operación a los campos gasíferos de Carina y Aries, localizados frente a las costas de Tierra del Fuego, desarrollados por el consorcio que integran las empresas Total, Wintershall y Pan American Energy. Según aseguraron ayer fuentes de Planificación, el aprovisionamiento de gas para el invierno está bajo control, con aporte de gas boliviano y la importación de gas licuado. Según instrucciones de la Secretaría de Energía, la provisión prioriza a los usuarios domiciliarios, relegando a las industrias y a las usinas térmicas, con contratos interrumpibles que las obligan a sustituir con fuel oil el gas que no reciben en épocas de fuerte consumo residencial.