La convocatoria al Consejo para el Diálogo Económico y Social sigue en pie y las negociaciones continúan. No obstante, los ritmos son lentos y en el Gobierno admiten la existencia de dificultades para avanzar en un borrador más acabado. En ese escenario, la Confederación General del Trabajo decidió suspender la reunión del consejo directivo prevista para ayer ante la ausencia de avances puntuales. A pesar del gesto político que significó posponer el encuentro, el titular de la central sindical, Hugo Moyano, rechazó que se trate de un boicot al pacto tripartito propuesto por el Gobierno y reiteró la voluntad de los sindicatos para participar del acuerdo. Sin embargo, en la cúpula de la CGT enfatizan que la convocatoria “no puede limitarse a un acuerdo de precios y salarios”. Lo mismo expresaron los empresarios reunidos en la UIA.

“Estamos charlando, tratando de comenzar las charlas para ver si se puede implementar algo. No es apurado, ni se tira para atrás”, explicó Moyano en referencia a la postergación del encuentro entre los sindicalistas pautado para ayer. En sintonía con la nota enviada el lunes por Moyano, en el consejo directivo de la CGT consideraron ayer que “volver a hacer una reunión para explicar suposiciones sin ninguna agenda era complicado. No había precisiones nuevas. Pero está claro que los sindicatos más grandes están dispuestos a negociar”. A su vez, los sindicalistas consultados por este diario no ocultaban su malestar por la forma en la que se condujeron los allanamientos a distintas obras sociales la semana pasada: “Hubo 42 allanamientos que con un simple oficio se resolvían porque era sólo información”, explicaban. No obstante, aseguran que la intención de institucionalizar un diálogo tripartito sigue adelante y enfatizan que Moyano realizó en las últimas semanas distintos “gestos” a los empresarios al participar en sus actividades sectoriales, como sucedió el fin de semana pasado en Mar del Plata.

En tanto, Moyano rechazó ayer que la CGT estuviera analizando un techo para los aumentos salariales del 20 por ciento para las paritarias de 2011. “No se puede hablar de algo de esa naturaleza porque recién comenzaron las conversaciones. No hay tope o techo ni piso. Eso lo maneja cada organización gremial”, sostuvo el líder sindical. Desde 2006 que el Gobierno ha intentado con diferente grado de efectividad orientar el monto de las negociaciones salariales, pero los incrementos de precios debilitaron esa práctica, fundamentalmente, en los últimos dos años.

Aunque todavía no tienen claro qué forma tomará, el consejo directivo de la CGT no rechaza la posibilidad de incluir a los salarios en las negociaciones, sin embargo cuestionan que ese se convierta en el eje excluyente del pacto social y rechazan que los reclamos salariales sean los responsables de la inflación. “Los trabajadores no somos los que remarcamos los precios, son los empresarios los que tienen esa responsabilidad”, afirmó el titular de camioneros.

“El consejo va mucho más allá de un acuerdo de precios y salarios, hay que hablar de rentabilidad, de la participación de los trabajadores en las ganancias, del empleo en negro”, consideró Omar Plaini. En ese sentido, recuerdan que las conversaciones frustradas que comenzaron hace más de un año y medio también contemplaban cuestiones regionales, sectoriales, de política comercial, hasta la ley de riesgos de trabajo. Por su parte, en el gobierno no niegan la existencia de dificultades pero advierten que son parte del proceso de negociaciones que están llevando adelante distintos funcionarios. El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, es uno de los principales interlocutores con la CGT, mientras que el titular de la cartera laboral, Carlos Tomada, está llevando adelante reuniones con diferentes cámaras empresarias.