El Ministerio de Trabajo invalidó el llamado a elecciones complementarias en la CTA convocadas para mañana por el sector que lidera Pablo Micheli, a pesar de lo cual el titular de la Asociación de Trabajadores del Estado ratificó que las realizarán. Así, en un nuevo paso hacia la ruptura interna de la Central, los afiliados que respaldan a la lista de Micheli irán a votar, mientras que aquellos que apoyan a Hugo Yasky desconocerán los comicios. El quiebre de la CTA parece a esta altura un hecho consumado, aunque desde ninguno de los sectores quieren cargar con el costo de lo que significa.

La convocatoria a estas elecciones complementarias –que en teoría deberían servir para corregir las irregularidades denunciadas en las elecciones nacionales del 23 de septiembre y mantener la unidad– fue realizada por Micheli luego de llamar a un plenario de secretarios generales de todas las seccionales de la CTA. Tras aquel cónclave, Micheli hizo el llamado a comicios suplementarios para el 9 de diciembre (fecha que había sido inicialmente sugerida por sus rivales), pero de inmediato Yasky advirtió que a la convocatoria debía definirla la Mesa Nacional de la central obrera para “no repetir el fraude” de los últimos comicios. El dirigente, que llamó para mañana a una reunión de la Mesa Nacional, reclamó a Trabajo la anulación de la convocatoria a elecciones y propone hacer las complementarias en el mes de marzo.

Para el ministerio, “el problema” que traba la posibilidad de llegar a un acuerdo para realizar las complementarias es “la paridad de votos que existen en el seno dirigencial de la central, que hace que cada iniciativa o decisión termine en un virtual empate”.

“La situación no sólo no tiende a normalizarse, sino que se ha tornado más compleja aún”, advirtió la cartera de Tomada en un comunicado. Los voceros del ministerio detallaron, además, que recibieron una nota “con la firma de un secretario adjunto (Micheli) notificando acerca de una convocatoria a elecciones para el 9 de diciembre” y al mismo tiempo “el secretario general (Yasky) presentó un reclamo para que se anule ese acto eleccionario, ya que (el llamado) no cuenta con la mayoría de la Mesa Directiva”, un requisito fijado por los estatutos de la CTA.

“Esta situación anómala exige y obliga a la cartera laboral a tomar cartas administrativas, al solo efecto de permitir una solución consensuada entre las partes para la superación del estancamiento institucional, sin imposiciones internas o externas”, concluyó Trabajo.

Tras conocer la decisión de Tomada, Yasky la consideró “un hecho cantado”. “Micheli actúa como un déspota”, cargó el dirigente; “no se pueden hacer las elecciones con los mismos padrones y violando lo que resolvió el comité arbitral”. El dirigente aseguró que han convocado a votar “sin padrones impresos, sin exhibirlos previamente, sin garantizar la reubicación de los afiliados que la Junta Electoral dispersó arbitrariamente, es decir que están montando la farsa de una elección trucha para emprolijar el fraude del 23 de septiembre”.

Micheli, al desconocer la decisión del ministerio, la calificó como un hecho “absolutamente burdo e ilegal” que ataca “la libertad” de agremiación, y ratificó que “el próximo jueves (por mañana) habrá elecciones”. El argumento sostenido por la Lista 1 es que la intervención de Trabajo viola la autonomía de la Central. En este sentido, sostienen que la Organización Internacional del Trabajo ha sentado jurisprudencia que señala que la única autoridad que puede terciar en un proceso como este es la Justicia. “Le decimos al ministerio que no se meta en casa ajena”, resumió el dirigente.

De paso, los de la Lista 1 recordaron que Trabajo “no reconoció ni otorgó todavía la personería gremial a la CTA”, motivo por el cual consideraron doblemente arbitraria la intención de mediar en su vida interna.

El sector de Micheli invitó a las otras tres listas que participaron de los comicios, integradas por la militancia de izquierda, a participar y fiscalizar las mesas donde se volverá a votar, pero la invitación fue rechazada, de manera que la elección no contará con fiscales de los otros sectores.

Las suplementarias fueron ordenadas por el comité arbitral que intervino para resolver las impugnaciones que se presentaron a la elección de septiembre. El comité dispuso que se vote de nuevo en tres provincias, Mendoza, Tucumán y Misiones, y en 47 mesas de otros siete distritos.