Miércoles, 8 de diciembre de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › INSóLITA REUNIóN FAMILIAR DE POLICíAS DE UN GRUPO ESPECIAL EN EL AEROPUERTO DE CóRDOBA
La cúpula de la Policía de Seguridad Aeroportuaria echó a dos efectivos e investiga a otros 12 por haber entregado, como juego, armas sofisticadas, chalecos y máscaras a niños muy pequeños durante un aparente festejo de fin de año. Hubo fotos de los chicos.
Por Raúl Kollmann
La conducción de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), encabezada por el director nacional Julio Postiglioni, pasó ayer a disponibilidad a dos miembros de esa fuerza que aparecen en dos fotos en las que niños de cuatro, cinco y seis años empuñan FAL, ametralladoras, armas de todo calibre, usan chalecos antibalas, máscaras antigás y cascos en una asombrosa postal de tinte militarista. Las fotos fueron tomadas dentro de la unidad de la PSA en el aeropuerto Ingeniero Tartavella, de Córdoba, y los efectivos sancionados pertenecen al Grupo Especial de Asalto Táctico (GEAT). En investigación hay otros 12 efectivos de la PSA de la provincia mediterránea que podrían ser puestos en disponibilidad en las próximas horas. Las autoridades de la PSA presentaron una denuncia penal que quedó radicada en la fiscalía federal número 3 de Córdoba, a cargo de la doctora Graciela López de Filoñuk.
Las fotos llegaron a través de un mail anónimo a la computadora de Postiglioni en la noche del lunes. Venían acompañadas de un texto bastante inentendible. “Qué pasa que uno habla y lo echan. Donde están los derechos de mi hijo hagan algo porque va ha (sic) opinar el gobierno y la prensa.” La frase parece amenazante y podría referirse a cambios en los mandos ordenados por la jefatura de la PSA. No faltan quienes creen que, sin embargo, podría tratarse de una interna familiar o algún enfrentamiento dentro de la PSA de Córdoba.
Los expedientes internos que se abrieron de inmediato quedaron a cargo de la Dirección de Control Policial de la PSA, que es una unidad parecida a Asuntos Internos de las otras fuerzas de seguridad, pero en el caso de la PSA tiene un carácter muy particular: la auditoría es externa, o sea que esa fuerza buscó darles la mayor transparencia a las investigaciones sobre los propios miembros haciendo que Control Policial no dependa de los jefes de la PSA.
Las primeras pesquisas llevaron a allanar de inmediato la unidad de la PSA en Córdoba y, por lo tanto, a determinar cuándo fue sacada la foto. En esa primera investigación se estableció que las tomas fueron hechas el 14 de diciembre de 2009, en el marco de una especie de encuentro de fin de año que se hizo dentro del aeropuerto. Se supone que los chicos que portan los FAL, las ametralladoras y usan las máscaras antigás son hijos o sobrinos de los efectivos. Por supuesto que también se supone –aunque no se pudo precisar por las fotos– que las armas estaban descargadas. Por lo que surgió de las computadoras incautadas, otros 12 efectivos habrían participado del armado de las fotos.
En la denuncia penal ante la fiscalía federal, la PSA imputa a los efectivos el incumplimiento de los deberes de funcionario público, el uso indebido de los bienes del Estado y la violación de los derechos del niño. Pero al mismo tiempo, Control Policial investiga internamente lo que puede ser una coacción, que se está amenazando con difundir las fotos –desconocidas para la conducción de la PSA hasta el lunes a la noche– como una maniobra contra cambios en los mandos ordenados por la jefatura.
“En los últimos años venimos haciendo un esfuerzo enorme para transformar el espíritu militarista de la fuerza policial, haciéndola sobre todo más profesional –señaló anoche Postiglioni a Página/12–. No apañamos a quien comete delitos como es poner un arma en manos de un niño y tenemos toda la voluntad política de enfrentar el menor atisbo de algo contrario al modelo que venimos impulsando, que es el de una fuerza eficiente y democrática. Este año, por ejemplo, hemos secuestrado más droga que nunca, intervinimos en investigaciones complejas y participamos, por pedido de la Justicia, de la detención de 84 imputados en violaciones a los derechos humanos.” Para quienes conocen la fuerza, las fotos son una especie de rémora del espíritu militarista que se vivía hace diez años, cuando la seguridad aeroportuaria estaba en manos de la PAN, Policía Aeronáutica Nacional, muy influida por la Fuerza Aérea. Con la designación inicial de Marcelo Saín como interventor se puso en marcha un proceso de transformación democrática, aunque todavía cuatro de cada diez integrantes de la PSA provienen de la vieja escuela de la PAN.
El GEAT es un grupo de intervención muy preparado que, por ejemplo, se entrena para afrontar casos de secuestros de aviones, por ello tiene armamento muy sofisticado. Cuenta con especialistas en desactivar explosivos y participa de allanamientos en causas de alto riesgo, como las que están relacionadas con el tráfico de drogas. De los 21 efectivos que hay en Córdoba, dos –los que aparecen en la foto– ya fueron pasados a disponibilidad y otros 12 quedaron a un paso de la misma sanción. En ese caso, la PSA perdería dos tercios de sus efectivos de operaciones especiales en esa provincia. Según cuentan en la fuerza, la pérdida sería muy sensible, porque para preparar a un experto en de-sactivación de explosivos se tarda ocho años.
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