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El juez federal Norberto Oyarbide aseguró que la causa por manejos irregulares de fondos en la Fundación Madres de Plaza de Mayo es “difícil de desentrañar, pero no imposible” y respondió las críticas de Sergio Schoklender: dijo que debe “entender que está imputado y yo soy el juez, esas son las reglas”.

Sergio Schoklender, ex apoderado de la Fundación que preside Hebe de Bonafini, cuestionó el accionar del juez al calificarlo de “muñequito” de Aníbal Fernández. El jefe de Gabinete “le mandaba decir que enfriara la causa hasta después de las elecciones de octubre”, aseguró.

Oyarbide relató ayer que Schoklender protagonizó escenas de violencia en su despacho. “Pasó que este señor estaba muy molesto, tiene que entender que está imputado y yo soy el juez, esas son las reglas”, explicó.

El magistrado también pronosticó durante una entrevista que concedió en Radio 10 que el caso “se va a convertir en una megacausa de la Justicia federal como la de medicamentos (en referencia a la denominada “mafia de los medicamentos”) o la de la Triple A”. En ese sentido, remarcó que los involucrados en el expediente judicial “están como en una especie de corral”, inhibidos y sin permiso para salir del país, y subrayó que está “corriendo con los tiempos y los mejores técnicos para desentrañar la verdad”.

Oyarbide dijo que la causa tiene 70 cuerpos y que sus empleados trabajan “doce horas por día” para avanzar en plazos razonables. Reconoció que “la gente tiene una ansiedad muy importante, que hay que respetar, atender y escuchar”, pero advirtió que para citar a presuntos involucrados tiene que tener “el hecho correctamente afianzado y descubierto”.