Antes de concretar el traspaso del subte a la Ciudad, el gobierno nacional había presupuestado 720 millones de pesos para equilibrar el déficit operativo del servicio. El acuerdo entre ambas administraciones estableció que la Nación aportará la mitad de esa cifra, 360 millones, en doce cuotas mensuales por única vez. El convenio dice que una vez “efectivizado el aporte, los subsidios que correspondieren correrán por exclusiva cuenta de la Ciudad”. Este punto fue cambiado del acta original, aquella en la que se hizo la propuesta, donde decía: “Las partes acuerdan subsidiar el servicio en forma solidaria, mediante un esfuerzo compartido, en partes iguales por el Tesoro Nacional y el Gobierno de la CABA a razón de 29.440.389 pesos mensuales cada uno como máximo hasta completar la suma de 706.500.000”.

El cambio permite que el gobierno porteño pueda disponer un aumento de tarifas para obtener los fondos correspondientes. El titular de Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco), Pedro Busetti, calculó que, “sobre un promedio de 26 millones de viajes mensuales, el aumento del pasaje en 1,40 peso equivale a unos 468 millones de pesos al año”. Por su parte, Eduardo Epsztein, auditor general de la Ciudad, estimó un volumen de 1,5 millón de viajes diarios, o 495 millones anuales (sin contar fines de semana). En ambos cálculos la cifra de recaudación –sumada al aporte de la Nación– supera los 720 millones previstos para los subsidios, “con lo cual el resto tiene que ir a obras”, recordó Epsztein.