Desde Córdoba

“Hay que ser claros con los números. Sólo hemos pasado el primer mes y medio de crisis y lo peor está por venir”, advirtió ayer la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri. La funcionaria aseguró que los países con mayores problemas están buscando colocar sus productos a precios de liquidación, lo que lleva a que la Argentina evidencie déficit comerciales con sus principales socios. Esa situación, dijo, se da con mayor intensidad desde hace 45 días y la perspectiva es que se irá agravando. Paglieri participó de la inauguración de la 3ª Convención de Concesionarios de Acara-División Motos, que se desarrollará hasta mañana en la ciudad de Córdoba. “Cuando hablamos de crisis comercial, nos enfocamos en cuatro ejes: Brasil, Estados Unidos, Unión Europea y China. Con todos tenemos déficit significativamente altos”, agregó la secretaria, quien aclaró que existen otros países que permiten más que compensar la caída. La funcionaria también se refirió con duros términos a los empresarios de la Unión Industrial.

Paglieri, acompañada por el titular de Acara, Abel Bomrad, y de la nueva Asociación Argentina de Motos, Diego Dinitz, brindó un detallado informe de la situación comercial del país y de las herramientas puestas a disposición para “morigerar el impacto” de la crisis global. La funcionaria remarcó que el objetivo para este año es cerrar con un superávit comercial de 10.000 millones de dólares, meta que parece cercana ya que hasta julio el excedente llegaba a 8332 millones. “Esto requiere que toda la economía trabaje en conjunto para hacer su aporte”, señaló.

La crisis actual plantea desafíos adicionales. “El problema no es sólo por tener sectores deficitarios. Hay precios de liquidación (en el mundo) y nos encontramos con situaciones, como la de una empresa de Brasil, con un gerente poco hábil, que empezó a reemplazar compras domésticas y desde Argentina por terceros mercados. Tenemos varias denuncias de empresarios locales porque compran (los brasileños) a mercados en crisis porque liquidan stock”, acusó Paglieri. Con Brasil el déficit comercial asciende actualmente a 4500 millones, de los cuales 3700 millones es por autos. “Pero transitamos la (crisis) de 2009 y sabemos cuáles son las políticas anticíclicas de un gobierno activo para que la crisis nos pegue lo menos posible”, siguió.

La funcionaria defendió también las políticas aplicadas para mantener el superávit comercial. Respecto de la declaración jurada anticipada de importación, señaló que permite tener previsibilidad del mercado argentino para sostener el empleo y el proceso productivo. “Nos permite por primera vez en la historia tener un mapa productivo en tiempo real”, agregó. Sobre la licencias no automáticas, recordó que no se modifican desde febrero de 2011 y que el universo arancelario tiene más de 11.000 productos registrados, pero sólo 600 posiciones requieren licencias. “Nadie está pensando en un cierre de mercado; son las mismas exportaciones que el año pasado, pero se detuvo el crecimiento de las importaciones, lo que debimos haber parado mucho antes”, se sinceró.

La funcionaria también se refirió en duros términos sobre los empresarios de la UIA, desconfiando de su apoyo al Gobierno. “La Unión Industrial Argentina siempre fue oficialista, aun cuando se desindustrializaba y se cerraban fábricas”, disparó Paglieri, quien reclamó un “nuevo tejido empresario” que defienda sus industrias y sus inversiones. La frase desempolva el cruce que hace unos meses protagonizó el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a partir de las críticas que la entidad fabril esbozó por la “forma” en que se administra el comercio exterior. Las diferencias entre Moreno y la UIA se fueron profundizando durante los últimos meses, así como el acercamiento del funcionario a otras entidades con mayor representatividad de pequeñas y medianas empresas. El cruce se debe a que, a pesar de manifestar un acompañamiento explícito hacia el gobierno nacional, el titular de la Unión Industrial, José de Mendiguren, señaló los problemas en la implementación del cerrojo cambiario y los controles a las importaciones.

Por último, Paglieri exhortó a la centena de empresarios presentes a que acompañen en las misiones comerciales para ofrecer sus productos en el exterior. “Algunos detractores se preguntan para qué vamos al Africa. Pero con ese mercado tenemos superávit, y lo de China se reemplaza con superávit con países del Sudeste asiático, y lo de Brasil con otros de América latina. El objetivo es ir hacia donde nos compran”, concluyó. El 18 de septiembre, la Fiesp (la UIA brasileña) recibirá a empresarios del sector automotor para establecer una estrategia de integración. En octubre habrá una misión a Manaos, Brasil, y luego otra a Vietnam.