El Gobierno prepara el anuncio de un nuevo aumento de las asignaciones familiares y de la Asignación Universal por Hijo (AUH). El incremento sería del 22,2 por ciento, pero además habría una suba del tope salarial que se aplica para el cobro de las primeras. Eso redundaría en un crecimiento de la cantidad de beneficiarios. Las escalas salariales intermedias que actúan como límite para el monto de las asignaciones también serían actualizadas. La AUH pasaría de 270 a 330 pesos. Algunas versiones indican que la novedad sería comunicada hoy por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. De ser así, lo haría al cumplirse exactamente un año del aumento anterior. En aquel caso, el avance había sido de 22,7 por ciento. Las semejanzas no terminarían ahí, ya que la suba se produciría apenas días después de pactarse el alza del Salario Mínimo, como ocurrió el año pasado y también en 2010.

La AUH y las asignaciones familiares que cobran los trabajadores en relación de dependencia se ajustan al mismo tiempo y en el mismo porcentaje. También la asignación por embarazo, que cobran cerca de 60 mil mujeres. El Gobierno empezó a aplicar la AUH en noviembre de 2009. La medida tuvo impactos materiales muy concretos, como el aumento en el consumo de alimentos, la aparición o consolidación de una comida extra como la cena, la posibilidad de acceder a artículos de limpieza e higiene personal como el dentífrico, la adquisición de útiles escolares y remedios, por mencionar los más básicos, pero también generó efectos sociales e individuales más duraderos: la idea de la “gratificación”, a través de la compra de postres lácteos y gaseosas, las salidas familiares y los paseos, y el concepto de la “planificación”, lo que implica concebir una idea de futuro.

Cobran la AUH los hijos de las personas desocupadas o que trabajan en el mercado informal y también los hijos de las empleadas domésticas y monotributistas sociales. Se trata de la extensión del beneficio de las asignaciones familiares a esa población, que por estar fuera del mercado de trabajo formal no accedía a la cobertura. La prestación arrancó en noviembre de 2009 con 180 pesos por hijo. En octubre de 2010 pasó a 220 pesos (22,2 por ciento de suba) y desde octubre del año pasado se ubicó en 270 pesos. El nuevo aumento sería otra vez del 22,2 por ciento, hasta escalar a 330 pesos. La cantidad de beneficiados son cerca de 3,5 millones de chicos y adolescentes hasta 18 años, que forman parte de 1,9 millón de hogares. La Anses retiene todos los meses el 20 por ciento del beneficio hasta comprobar, una vez por año, el cumplimiento de los requisitos de escolaridad y vacunación.

El aumento de las asignaciones familiares para los trabajadores en relación de dependencia tendría algunas novedades adicionales. El Gobierno aplicaría esa misma suba del 22,2 por ciento, pero también elevaría el tope para percibirlas y cambiaría las escalas intermedias. El techo de remuneración a partir del cual el trabajador deja de cobrar el beneficio se fijó el año pasado en 5200 pesos, mientras que los rangos inferiores se establecieron entre 3600 y 4000 pesos y entre 2400 y 2800 pesos. Quienes ganan de 4001 a 5200 pesos perciben 136 pesos por hijo, los de un escalón salarial más abajo cobran 204 pesos y los que están en el primer rango obtienen 270 pesos. Uno de los principales reclamos de los gremios es la disminución de beneficiarios en los últimos años, porque el techo bajó demasiado. Esa situación registraría un cambio con el anuncio que está por venir.