La presidenta de la Nación defendió ayer, con cifras y datos, la política cambiaria, y descalificó la denominación de “cepo” que le adjudican algunos medios y parte de la oposición. “Cepo es un instrumento de tortura del siglo XIX, una imagen que refleja fundamentalmente la inmovilidad”, recordó, mientras que el Banco Central, desde enero hasta la fecha, ha entregado divisas para importaciones, turismo, pagos de servicios, deudas y otros conceptos, por casi 80 mil millones de dólares. “Cepo es sinónimo de que no hay movimiento, de que nada ingresa, nada egresa, que todo está quieto. Así que vayan buscándole otro título, porque el de cepo me parece que no se corresponde con esta realidad.” En tanto, calificó al período anterior a la aplicación de las medidas de regulación cambiaria como “jauja cambiaria”, en referencia a quienes podían comprar dos millones de dólares por mes sin tener que declarar el destino, y de “timba”, por quienes fugaron dólares antes de las elecciones de octubre de 2011 y presionaron al Gobierno para que devaluara después de éstas. “Quiero hablar de los términos que se usan, pero también de la política y de los intereses que hay detrás de todo esto”, subrayó Cristina Fernández en su alocución desde la Casa Rosada.

El repaso que hizo la jefa del Ejecutivo del uso de divisas en los primeros nueve meses del año no estuvo exento de la mención de irregularidades detectadas gracias a los controles. “Hay empresas a las que les hemos vendido más de 30 millones de dólares y cuando les pedimos la contraparte de los contratos con el exterior, por los que debían pagar esas cifras estaban, digamos, un poco flojo de papeles. No es un único caso, son varios.”

Describió, al respecto, que el rubro “pago de servicios” engloba “servicios profesionales, técnicos, de informática, asesoramiento profesional; estamos pidiendo los contratos porque detrás de ellos muchas veces se esconde lo que se denomina dólar de transferencia, que es el dólar que no está pagando ningún servicio, sino que se está sacando del país y no es retribución de nada”. Reiteró que “cuando empezamos a pedir los contratos, a algunos los papeles no les dan”, es decir que no coinciden con los pagos. Cristina subrayó que en este concepto salieron en los primeros nueve meses 4737 millones de dólares.

Al hacer un recuento de las ventas de divisas a través del mercado único de cambios al sector privado, detalló que casi 48.000 millones de dólares se destinaron entre enero y septiembre al pago de importaciones. “¿Escucharon la cifra? Esto para los que también hablan de las restricciones a las importaciones, que no se puede importar”, subrayó Cristina.

También destacó la cifra que se destinó a turismo, viajes y pasajes. “Hemos pagado ya 5457 millones de dólares, vi muchos argentinos en Nueva York, así que doy fe de que pueden viajar, estudiar, una libertad absoluta”, refirió. Aclaró que “no son 5457 millones que van a cobrar en efectivo (los que viajen). No. Esto es lo que pagamos a las agencias de turismo, los pasajes, todo esto es turismo argentino, que quiere decir que hay gente que tiene plata para viajar, lo cual nos pone muy alegres; pero por favor busquen otro título, porque en realidad pueden viajar todos los que quieren”.

“Lo que sí creo –agregó la Presidenta– es que se podría hablar de otros títulos para la situación anterior a las medidas de administración del mercado de cambios que hemos tomado. Porque había una suerte de jauja cambiaria, ya que en ningún país del mundo alguien puede comprar dos millones de dólares por mes sin decir para qué es.” “Hemos hablado con algunos vecinos de la región, hablo de una república caribeña, que tiene mucho problema con el tema de drogas, que cada vez que alguien va a comprar 1000 dólares tiene que llevar casi el ADN, porque quien anda con esa cantidad de dólares en la mano se lo ve casi como un narco... Por eso hablo que aquí había una suerte de jauja, y de timba también. La timba especulativa que se dio con motivo de las elecciones (octubre de 2011) y que intentó, además, presionar a esta presidenta a una devaluación. Habían hecho correr en el mercado el rumor de que luego de las elecciones iba a haber una gran devaluación. Lo cierto es que en ese período, entre agosto y octubre, se fueron 4700 millones de dólares por efecto de la timba cambiaria, por especulación netamente financiera.”