Domingo, 6 de septiembre de 2015 | Hoy
ECONOMíA › ARIEL AGUILAR, DE CGERA, Y LA AGRUPACION GELBARD, NUEVA GENERACION DE DIRIGENTES
Entre las nuevas medidas de respaldo a las pymes dictadas esta semana, se crea un espacio para que puedan denunciar abusos de grandes empresas. “Si hoy denunciás, te borran como proveedor y listo”, explicó Aguilar, dirigente industrial.
Por Raúl Dellatorre
Apenas un día antes de anunciar nuevas medidas de estímulo al desarrollo de la pequeña y mediana industria, Cristina Kirchner caracterizó a ese segmento empresario como factor central en la construcción de un modelo productivo inclusivo. “A pesar de la alta concentración económica, yo creo que las pymes fuimos muy activas en estos doce años, en este proyecto de reindustrialización que empezó pero sólo sentó la base”, señaló a Página/12 Ariel Aguilar, presidente de la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero (CIMA), integrante de Cgera y uno de los fundadores, además, de la Agrupación Gelbard. “Los anuncios de esta semana dan cuenta de que este gobierno va a seguir gobernando hasta el último día, y conformando un proyecto de país que le da a las pymes un lugar de relevancia”, comenta. Desde hace un año y medio, Aguilar acompaña la gestión de Lucas Ghi, intendente de Morón, desde la Secretaría Pyme del municipio. “Nosotros no nos enfrentamos con el Estado como las grandes corporaciones, noso- tros necesitamos de la ayuda del Estado”, afirma, al tiempo que defiende las nuevas medidas anunciadas porque crean “un espacio en el cual las pymes puedan defenderse y denunciar los abusos de las grandes empresas, a las que hoy si las denunciás te borran del listado de proveedores y listo”.
–¿Qué es lo destacable en estos anuncios para las pymes?
–Hay medidas en las que venimos trabajando, desde Cgera, desde hace mucho tiempo. En su oportunidad, tras consensuarlo con otras entidades que participaron del Encuentro de Jóvenes Empresarios (CAME, CGE, Adimra, Apyme), le presentamos una propuesta con veinte medidas al ministro Axel Kicillof. Estas tres estaban entre ellas. La Defensoría Pyme es la creación de un espacio donde las pymes denuncien abusos de las grandes empresas. Hoy lo que le pasa a una pyme en el final de una cadena de comercialización, por ejemplo en supermercados, es que le bajan el porcentaje que le iban a pagar, le extienden los plazos de financiamiento o le cambian cualquier otra condición de venta con lo cual las pymes, que ya tienen muy poco margen al venderle a un supermercado, termina vendiéndole a perdida. Y la verdad es que no tiene un espacio donde canalizar esta denuncia. Porque una gran empresa simplemente te saca de la lista de proveedores por haberla denunciado. Y listo. Estas herramientas en la Secretaría de Comercio estaban, pero ahora se les da un formato institucional para que pueda efectivizarse la denuncia. La Defensoría es una herramienta que esperamos que quede en el tiempo porque es una medida más que hace a la protección de las pymes argentinas. En el caso del Consejo Pyme, se trata de una instancia de consulta sobre las políticas pyme que se vayan a aplicar, para consensuarlas, para intercambiar ideas. Es bastante importante en términos políticos. Y en el programa “nuevos canales para productos regionales”, la idea es facilitar el acceso de pequeñas y medianas empresas a los canales masivos de comercialización. La idea es poder llegar a los supermercados.
–¿Estas medidas son el salto para darle un papel activo a las pymes que hasta acá no tuvieron?
–Yo creo que sí tuvimos un papel activo. Las 197 mil pymes creadas desde 2003 a 2013, el hecho de tener hoy 760 mil pymes, significa que sí fuimos activos. También creo que estos 12 años fueron la base de un proyecto de reindustrialización que empezó, y sólo la base. La profundización viene en trabajar en cada uno de los eslabones de la cadena de valor, en todos los sectores. Hay que apuntar a la marcada concentración que hay en los dos extremos, en el principio y el final de las cadenas, que es lo que afecta a las pymes. ¿Por qué? Porque las pymes no son formadoras de precios, son rehenes a la hora de comprar los insumos básicos, cuando pensamos en acero, aluminio, cemento, cuero. Y en el final de las cadenas, lo que es la etapa de comercialización. Nosotros soñamos con que la que venga sea la etapa de trabajar sobre la concentración de la economía. En una reforma tributaria, por ejemplo, que vaya hacia una segmentación de empresas. Es necesaria una segmentación para que las pymes puedan ser más competitivas y para que sigan generando más producción y más empleo, para el mercado interno y para volver a exportar. Creemos, como criterio de segmentación, por ejemplo en un coeficiente en el que esté presente la cantidad de empleo que generan determinados sectores. Puede haber otros factores, pero la cantidad de empleo tiene que ser una variable importante.
–¿De qué otra forma se logra más competitividad para poder exportar?
–Ese es el desafío. Hoy, por ejemplo, no estamos competitivos en lo que es manufacturas de cuero, porque el mercado internacional cayó y porque tampoco estamos competitivos en cuanto a precios. Y volvemos a discutir de qué manera se resuelve. Una devaluación te dura muy poco, es una medida siempre de coyuntura. Lo que tenemos que hacer para ganar en competitividad, nos parece, es trabajar desde el inicio en la cadena de valor. En nuestro caso, del cuero. Hoy el 90 por ciento de los cueros se va al exterior en estado terminado o semiterminado, el resto queda para las manufacturas internas. La verdad es que pagamos precios altísimos. No nos oponemos a que se exporte el cuero, pero con un precio diferenciado tanto para el calzado como para la marroquinería local que nos permita ser competitivos. Más allá que haya que trabajar en otras cuestiones, como logística o el financiamiento, el encadenamiento productivo para agregar valor creemos que es lo que viene a futuro, sería la etapa del desarrollo con equidad.
–Uno de los temas que más cuestiona la dirigencia empresaria tradicional es la intervención del Estado. ¿Ustedes qué posición tienen?
–Nosotros reivindicamos y necesitamos del rol activo del Estado. El Estado tiene que ser quien tome las decisiones políticas que administren el comercio exterior. Nuestro sector, el de marroquinería, tuvo en 2007 las licencias no automáticas. Más adelante, en 2012, las declaraciones juradas anticipadas de importación. Son medidas de protección que toman todos los países del mundo que son industrializados, no es una posición argentina. A partir de la actitud de protección del Estado, las empresas invirtieron y se generó empleo y consumo interno. No fue casualidad. Y hay cosas que ya no podemos negociar. La administración del comercio exterior, del tipo de cambio, todas las medidas de protección a las industrias, son cuestiones en la que no podemos volver atrás. Tienen que ser una política de Estado independientemente de quien gobierne. Como empresarios, todos deberíamos defenderlo.
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