El Gobierno prevé cerrar este año con un nivel de inflación de entre el 20 y 25 por ciento anual, a partir de la apuesta de una reducción en la inercia de precios a partir del segundo semestre derivado de un ajuste del gasto. El ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat-Gay, ofreció ayer una conferencia de prensa en la que presentó los objetivos de la política ortodoxa de metas de inflación para los próximos años, con la que espera llegar a 2019 en niveles en torno al 5 por ciento. “La herencia que recibimos nosotros empieza en el 30 por ciento y el compromiso para el 2016 es que cierre en un rango entre 20 y 25 por ciento”, señaló el funcionario, pese a que reconoció que no habrá una medición oficial hasta el año próximo debido a que el gobierno de Mauricio Macri determinó la emergencia administrativa del sistema estadístico. Prat-Gay sostuvo que las paritarias este año, mientras se mantenga el apagón estadístico, deberán resolverse confiando en la suba de precios que propone el Gobierno y teniendo en cuenta una eventual rebaja en el impuesto a las Ganancias (ver página 7).

La política de metas de inflación implica subordinar las principales variables económicas a los objetivos de una baja en los precios. Prat-Gay, junto a su viceministro, Pedro Lacoste, y al secretario de Hacienda, Gustavo Marconato, difundió los objetivos de esa política, aunque no brindó precisiones de cuál será el grado de ajuste necesario para cumplirlos. Hasta el momento, el Banco Central, organismo encargado de conducir esas metas, había llevado a cabo una fuerte suba de tasas de interés a principios de diciembre pasado, un camino que luego fue desandando, y con una contracción record de la base monetaria.

En el marco del Programa Fiscal anunciado ayer, el ministro sostuvo que la inflación se ubicará este año dentro de un rango de entre 20 y 25 por ciento. Basándose en los números que ofrecen actualmente las consultoras privadas y con un Indec fuera de servicio, aseguró que el año pasado terminó, si se toma el promedio de los índices de provincias y de consultoras privadas, en un 28. “Pero en los últimos meses del año estuvieron bastante por encima de esos números. Quizá cerca del 30 por ciento. La herencia que recibimos nosotros empieza en el 30 por ciento”, aseguró. De esta manera, reconoce implícitamente el ajuste de precios que exhibió la economía como resultado de que los empresarios se anticiparon remarcando los precios a la devaluación de la moneda.

“El compromiso para el 2016 es que cierre en un rango entre 20 y 25 por ciento. Para el siguiente (2017), en un rango de 12 y 17 por ciento; para el otro (2018), entre 12 y 8 por ciento; y para el último año de la presidencia de Mauricio Macri (2019) estará en un dígito, en torno al 5 por ciento anual. Ese es el objetivo”, detalló el titular de Hacienda. Los números coincidirán con ajuste en las tarifas de gas y luz, con lo que el ajuste que encarará el gobierno deberá compensar esa situación. La respuesta del Prat-Gay es que eso se logrará revitalizando la actividad económica (ver aparte).

La argumentación oficial, que suele esgrimir el sector empresario para justificar los aumentos, se basó en una supuesta baja productividad empresaria, donde los salarios serán clave para el ajuste. El funcionario se comprometió a mostrar como un primer paso del macrismo una reducción del déficit fiscal, lo que colaborará con las metas de inflación vía una menor emisión de pesos. El macrismo buscará sincronizar política fiscal y monetaria. “¿Cómo será reducir el déficit, la inflación y generar crecimiento de la economía?”, interrogó el propio funcionario. La respuesta ambigua que ofreció fue “liberando todas las potencialidades de la economía”.

El funcionario rechazó que las metas presentadas sean optimistas. “Estas metas son compatibles con la misma emisión de 160.000 millones de pesos del Banco Central con finalidad del Tesoro nacional, que la vimos en 2015. Pero será con una base diferente. Los 160.000 millones que emitió el Central fueron un 40 por ciento de la base monetaria. En este nuevo esquema (porque la base es más amplia) implicaría menos del 25 por ciento de la base monetaria”, aseguró, pero dijo que las utilidades del BCRA este año serán menores. “Esta meta va a ser homologable con lo que diga el Indec el año próximo”, lanzó PratGay. Detalló que la inercia inflacionaria, que se disparó por la especulación en torno a la suba del dólar, se mantendrá seguramente en el primer trimestre. “El primer trimestre no puede ser la base de proyección para todo el resto del año. Creemos que en la segunda mitad de año contaremos con índice de menos de un por ciento mensual”, aseguró el ministro.