ECONOMíA › EL CRECIMIENTO EN EL TERCER TRIMESTRE VOLVIO A SORPRENDER: 9,2 %
Los pronósticos se quedaron cortos
Con los datos que se verifican hasta septiembre, ya se habla de un aumento del PIB para todo 2005 de no menos del 8,5 por ciento, superando los pronósticos más optimistas. Construcción, al frente.
El mismo día en que Néstor Kirchner sorprendió con el anuncio de cancelar de una vez la deuda con el Fondo Monetario Internacional, y mientras Diputados discutía el proyecto de presupuesto para el año próximo, el Indec anunció mediante un comunicado que la economía creció un 9,2 por ciento en el tercer trimestre del año, registro que apuntala los pronósticos más optimistas. El dato sostiene la proyección de que el Producto Bruto Interno crecerá este año alrededor de un 8,5 por ciento, conservando la buena performance que ya registró en los dos ejercicios anteriores.
El último informe periódico del Instituto Nacional de Estadística y Censos sobre el nivel de actividad no deparó demasiadas sorpresas: la construcción, las telecomunicaciones y las industrias más favorecidas por el tipo de cambio alto son las que vienen impulsando el crecimiento económico del que da cuenta aquel indicador oficial, también apoyado en los buenos registros del agro.
Según la estimación provisoria del Indec referida al tercer trimestre, el PIB creció un 9,2 por ciento en relación con el mismo período del año anterior. En ese lapso, los sectores productores de bienes tuvieron una suba del 8,8 por ciento y el de servicios del 8,9. En un renglón y en el otro descollaron la construcción y la intermediación financiera, con valores muy por encima de aquellos promedios.
En el lapso julio-septiembre la construcción creció un 20,5 por ciento, seguida por la actividad bancaria, que remontó un 19,8 por ciento. Esta bonanza es réplica de la que gozaron esos sectores en el segundo trimestre del año, cuyos datos definitivos se conocieron ayer en el mismo comunicado del Indec: durante ese período, el PBI creció un 10,4 por ciento respecto al mismo trimestre del 2004.
En ese trimestre el valor agregado a precios constantes de la agricultura y la ganadería creció entre el 24,6 y el 32,6 por ciento, bastante por encima del promedio de la industria manufacturera, a la cual, de todos modos, no le fue mal. Este segmento creció un 7,8 por ciento, pero el promedio fue cómodamente superado por el sector textil, que creció un 27,1 en el renglón de “confección de prendas”.
Otra nota la dio el sector de construcciones, que tuvo un alza del 19,6 por ciento en el segundo trimestre. Esto no sólo tuvo como consecuencia una mayor demanda de mano de obra, tanto formal como informal, de parte de las empresas constructoras, sino que se expresó también en un repunte notorio de los permisos de edificación, que crecieron un 53,9 por ciento durante el otoño y el comienzo del invierno.
Salvo cierta retracción en segmentos muy específicos, como la producción de madera, todos los registros resultan bastante auspiciosos, incluido aquel que da cuenta de una mejora también en el sector financiero. Con un nivel de depósitos cercano al 10 por ciento del PIB, no parece muy extraño que sólo en un trimestre la actividad de intermediación financiera haya crecido casi tanto como la construcción, uno de los principales motores del PBI.