SOCIEDAD › DOS CHICOS MUERTOS A TIROS EN LA ZONA DONDE OPERABA EL ESCUADRON
Doble crimen con perfume a vendetta
Por Cristian Alarcón
Al mayor le dieron tres balazos y lo dejaron agonizante. Una vecina llamó a la policía y alcanzaron a llevarlo hasta el hospital de Pacheco. Pero murió en el traslado. Tenía 17 años. Se llamaba Marcelo Ezequiel Cortínez. Al más chico también le dieron en el tórax. Quedó tirado en un zanjón, con el cuerpo a medio hundirse en el agua podrida, sobre la calle Pasteur, en el corazón del barrio Los Tábanos, Talar de Pacheco. Se llamaba Joel Brian Simón Kerke. Tenía 15 años. La Justicia investiga si el que les disparó es un policía de la zona de San Fernando. El motivo que habría tenido suena ridículo: los pibes le habrían gritado a dos chicas que iban con el sujeto en su coche. Y el chofer, de puro resentido, les habría disparado hasta matarlos. Las versiones no encajan. A uno de los chicos le habían cortado un dedo de la mano: eso implicaría una venganza de un “tranza”, un distribuidor de droga de la zona.
La eliminación, casi con un mismo cargador, de dos adolescentes con antecedentes penales en la zona de Talar de Pacheco trajo a la memoria de los investigadores –y de la gente de la zona– la existencia de un escuadrón de la muerte que hace cuatro años “limpió” la zona de pibes chorros. El doble crimen fue cerca del centro de Talar, en la calle Pasteur, entre Larralde y Sargento Cabral, a cuadras de la Villa Sapito. Los primeros en declarar fueron los vecinos. Dijeron que la balacera se desató cuando por el lugar pasaba un Volkswagen Polo color verde conducido por un morocho, grandote, de pelo corto. El conductor del coche estaba acompañado por dos chicas de 14 años, vecinas del barrio, contaron.
Según esta versión, cuando el auto pasó entre Larralde y Cabral, Marcelo y Joel las mal piropearon. “Eran dos pibas buchonas del policía que manejaba el Polo. Los chicos les dijeron un par de cosas y el tipo se calentó y salió a correrlos con el arma. Varios lo vieron. Es uno de los jefes de la zona”, le dijo ayer a Página/12 una fuente cercana a la familia de uno de los chicos. Según lo que los testigos contaron, los amigos habrían intentado escapar de los disparos corriendo en sentidos contrarios. Eso explicaría por qué los encontraron a unos ciento cincuenta metros el uno del otro. En rigor, a Marcelo Ezequiel Cortínez intentaron asistirlo llevándolo hacia el hospital de General Pacheco. Pero murió en el camino. El cuerpo del chico de 15, Joel Brian Simón Kerke, estaba semisumergido en un zanjón.
Los chicos no estaban solos: al menos los acompañaba una persona más que sería un testigo clave. El sobrevivió a los disparos del francotirador. Ayer una fuente policial le aseguró a este diario que ninguno de los tres iba armado. Lo que también confirmaron las fuentes es que los dos adolescentes habían estado encerrados en un instituto hasta hace algunos meses cuando se fugaron: los acusaron de haber secuestrado a dos mujeres el 18 de septiembre pasado. Una abogada y su alumna de hockey fueron las víctimas a las que dos adolescentes apuntaron en el cruce de la ruta 197 y Alberdi, en Tigre. Los ladrones las obligaron a sentarse en los asientos traseros del Gol en el que viajaban y marcharon a la casa de la abogada. Iban con la idea de entrar, pero como en el lugar había demasiada gente prefirieron llamar por celular y pedir que el padre de la mujer les diera un dinero como rescate.
Pactaron que la entrega fuera en una zona cercana a Villa del Carmen, en San Fernando. Allí mismo se hicieron del BMW en el que iba el hombre. Se fueron en los dos autos. A ellas las liberaron en Acceso a Tigre y Uruguay. Ayer a la noche las versiones empezaban a ser cada vez más dispares. Siempre según fuentes de la policía bonaerense, Cortínez y Kerke habrían sido parte de una bandita que trabajaba con dos chicas dedicadas a la prostitución. Ellas habrían actuado como cómplices al seducir clientes para luego llevarlos a cierto sitio en el que los muchachos se dedicaban a sacarles todo lo de valor. “Los llevaban a la zona donde aparecieron los cuerpos”, dijo la fuente a este diario. Lo que ayer comenzaba a cobrar forma era una trama un tanto más siniestra que la de un loco que reaccionó mal cuando le bardearon a la chica.