En la víspera del partido con México, fue publicado en el Boletín Oficial el decreto 782/2006 que elimina el tope salarial de 6000 pesos que regía para el sueldo del Presidente, el vicepresidente, ministros y secretarios de Estado. Pero además los funcionarios políticos del Ejecutivo cobrarán un monto adicional no remunerativo en carácter de “complemento por responsabilidad en el cargo”, que reemplazará los “gastos protocolares” de los tiempos de Menem-Cavallo. En el caso del Presidente ese “complemento por responsabilidad” asciende a 7500 pesos mensuales, que se suma al sueldo básico de 6000 pesos.

Desde el Gobierno aseguran que con los descuentos de Ganancias sobre la remuneración bruta, y de aportes previsionales sobre el básico, el salario de bolsillo de Néstor Kirchner no debería superar los 9500 pesos. Y como ningún funcionario político puede cobrar más que el Presidente, ése sería el nuevo techo para la administración nacional. Sin embargo, no hay ninguna norma que estipule que los 9500 serán el nuevo techo. El estipendio presidencial podría variar según las retenciones que se hicieran cada vez. Por ejemplo, si en algún mes las retenciones de Ganancias fueran menores, entonces el sueldo podría superar los 10.000 pesos. Así, el aumento salarial de bolsillo para el Presidente es incierto: el piso sería de un 58 por ciento, pero podría ser bastante mayor.

Hasta el mes pasado, los gastos procolares estaban incorporados en el recibo de sueldo de los funcionarios políticos. El decreto sostiene que se eliminan los “gastos protocolares” por cuanto no respondían a criterios de “transparencia y publicidad”, ya que su asignación era reservada y dependía de “la discrecionalidad de los funcionarios facultados para su concesión”. Pero en la práctica, en lugar de consolidarse un sueldo único, son blanqueados en el recibo de pago con otro nombre, más acorde a los tiempos.

El “complemento por responsabilidad”, que está exento de los gravámenes del sistema de seguridad social, asciende para el vicepresidente a 6700 pesos, para un ministro a 6500 pesos, para un secretario a 5700 pesos y para un subsecretario a 4900 pesos. Al igual que en el caso del Presidente, los sueldos de bolsillo de estos funcionarios son inciertos: en Gobierno, aseguran que rondarían los 9000 pesos para el vicepresidente y los 8500 pesos para los ministros.

Carlos Menem solía hablar de las “casualidades permanentes” cada vez le atribuían alguna picardía del poder. En viernes del 6 a 0 a Serbia, voceros oficiales filtraron un anticipo del decreto con los nuevos salarios del Ejecutivo. En la víspera del partido con México, el decreto con más sorpresas dio a luz en el Boletín Oficial.

Las mejoras salariales suelen justificarse por tres argumentos.

En primer lugar, que los haberes con un tope de 6000 pesos eran insuficientes para mantener el nivel de vida de un ministro. En segundo lugar, que sueldos bajos en el sector público para altas funciones ejecutivas respecto de funciones similares en el sector privado aleja del Estado a los mejores cuadros. En tercer lugar, que buenos salarios en el Estado desalientan la corrupción. Los dos primeros argumentos son materia de debate. El tercero no resiste la menor prueba empírica, como quedó demostrado durante la administración Menem: en aquel entonces, el haber de un ministro rondaba los 12.000 dólares. Hay países con salarios altos para los funcionarios y mucha corrupción, como México. Y países con remuneraciones módicas y poca corrupción, como Chile.