Desde marzo el Estado paga subsidios de hasta 1000 pesos a los trabajadores “suspendidos” por los frigoríficos exportadores. Según los registros oficiales, a los que accedió Página/12, entre marzo y mayo 191 plantas frigoríficas solicitaron los subsidios, que fueron abonados a 21.825 trabajadores declarados por las propias empresas. Sin embargo, en la Oncca (Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario) sólo hay declarados 120 frigoríficos exportadores, de lo cual se desprende que también cobraron frigoríficos que venden para el mercado interno y siempre trabajaron al tope de su capacidad instalada. Hasta junio el costo de estos subsidios fue de 17 millones de pesos. Aunque las exportaciones se liberaron parcialmente, el pago de la subvención fue prorrogado hasta el 31 de julio próximo. Contra lo que se piensa, la veda exportadora contribuyó a que los frigoríficos acrecentaran su rentabilidad, mientras que los grandes perdedores fueron los productores ganaderos.

La propuesta de abonar subsidios a los operarios de la carne surgió de un acuerdo del Gobierno con los sindicatos del sector, tras las amenazas de los exportadores de aplicar suspensiones masivas al personal. Pero durante marzo y parte de abril los principales frigoríficos continuaron funcionando a pleno: por un lado, para abastecer la cuota Hilton y los convenios país-país, inicialmente exceptuados de la prohibición. Por el otro, para despachar compromisos documentados antes de la veda, a los que se sumó una avalancha de permisos de exportación presentados en los días previos a la medida (anunciada el 8 de marzo, pero oficializada recién a partir del 13). En marzo dichas autorizaciones quintuplicaron las ventas al exterior de marzo del año pasado. Sólo a fines de abril y en mayo los exportadores de carne sintieron el impacto, porque el Gobierno descubrió la picardía de las licencias de “última ahora” y decidió paralizar todos los envíos. Pero en junio, con la reapertura parcial de las ventas al exterior, la mayoría de los frigoríficos volvió a operar al 70 por ciento de su capacidad, privilegiando los cortes más caros, y manteniendo los niveles de facturación.

Para algunos frigoríficos, las medidas aplicadas por el Gobierno dispararon los márgenes de ganancia. Por ejemplo, para los exportadores de la cuota Hilton los precios de la tonelada en Alemania saltó de 8000 a 12.000 dólares, debido al temor de los importadores de no conseguir más carne argentina. Del lado de los insumos, en cambio, los valores en Liniers del ganado en pie se derrumbaron en promedio un 30 por ciento. Otros que abrocharon un buen negocio fueron los exportadores de carne cocida a Estados Unidos: “Hicieron un desastre comprando a valor de remate la vaca conserva (insumo de la carne termoprocesada), porque sabían que la reapertura comenzaría por este rubro”, explicó a este diario un experto en el sector. También fueron beneficiados los “frigoríficos consumeros” (venden sólo al mercado interno), porque trasladaron una mínima porción de las bajas en Liniers al carnicero, con lo cual los precios en el mostrador descendieron apenas el 10 por ciento.

En este contexto, los números de los subsidios oficiales a operarios de la carne “suspendidos” son los siguientes:

- Entre marzo y mayo, 191 plantas frigoríficas recibieron subsidios para sus empleados. En ese lapso, el Estado pagó en total 14,5 millones de pesos: 1,9 millones en marzo; 5,2 millones en abril; y 7,4 millones en mayo.

- La cantidad de trabajadores declarados como suspendidos ascendió a 21.825.

- En junio, la nómina se achicó a 45 frigoríficos, con 5143 empleados, en teoría, suspendidos. El pago durante el mes pasado fue de 2,6 millones de pesos.

- Sin contar lo que se erogará en julio, el “Programa de asistencia al empleo de los trabajadores que se desempeñan en la industria de la carne y sus derivados” ya costó más de 17 millones de pesos.

Del análisis de las empresas inscriptas surge algunas curiosidades. Primero, el número de plantas anotadas en un comienzo (191) supera a los exportadores autorizados en la Oncca (120). Segundo, en el listado aparecen pequeñas firmas de 5 o 10 trabajadores, e incluso CUIT de personas físicas, con empleados a cargo, en distintas localidades del interior. Se trata de “cooperativas de trabajo” o las llamadas “cuadrillas”, que son subcontratadas en forma temporaria durante los picos de demanda por los frigoríficos. Tercero, hay frigoríficos que concentran su actividad en el mercado interno. Finalmente, hay exportadores que ya en junio registraron ante el Oncca importantes envíos de Hilton y otros rubros.