El Gobierno decidió ayer ampliar el cupo vigente para la exportación de carne del 40 al 50 por ciento de los volúmenes embarcados en igual período del año pasado. Si a ese total se le suman los cortes que se vienen exportando libremente, el porcentaje llegará al 70 por ciento. La ministra de Economía, Felisa Miceli, anunció la novedad ayer por la mañana en la Casa de Gobierno tras mantener una reunión con el presidente Néstor Kirchner, de la que también participaron el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el subsecretario de Agricultura, Javier de Urquiza. “Con esto queremos dar una clara señal de que en la medida que no se afecten el abastecimiento ni los precios internos, el Gobierno tiene interés en que la Argentina participe de los mercados internacionales de carnes”, aseguró Miceli.

El presidente Kirchner había prohibido las exportaciones de carne, salvo la Cuota Hilton, a mediados de marzo para frenar la suba de precios que venían experimentando los principales cortes en el mercado local. La medida provocó un derrumbe de las cotizaciones en el Mercado de Liniers y una leve baja en las carnicerías. Luego de lograr su objetivo, el Gobierno derogó parcialmente la suspensión estableciendo un cupo equivalente al 40 por ciento de las ventas realizadas durante 2005, el cual debía regir entre el 1° de junio y el 30 de noviembre.

Al comprobar que los precios internos se mantenían estables luego de la flexibilización, el 3 de julio se decidió ir más allá al liberar completamente la exportación de vacas de conserva y el cuarto trasero de los novillos de más de 460 kilos. Eso permitió que entre junio y agosto se exportara el 61 por ciento de los volúmenes comercializados en el mismo período del año pasado. No obstante, la suba de precios experimentada en el mercado internacional atenuó el impacto que provocó la veda en el sector. En agosto, por ejemplo, ingresaron 150 millones de dólares por las exportaciones de carne, un 27 por ciento más que en el mismo mes del año pasado, logrando el segundo mayor ingreso de divisas luego del record alcanzado en noviembre de 2005. Lo llamativo fue que se llegó a esa cifra pese a no haber exportado nada a Chile, el segundo destino en importancia para las cantidades durante el año pasado.

Luego de las primeras flexibilizaciones, la ministra Miceli le pidió a los eslabones de la cadena de la carne que le acercaran una propuesta común para encontrarle una solución definitiva al conflicto. Sin embargo, productores y frigoríficos no lograron ponerse de acuerdo debido a las diferentes realidades que atraviesa cada uno. Entre agosto de este año y el mismo mes de 2005 el valor de la hacienda en Liniers cayó 5,9 por ciento (con oscilaciones intermedias, pues a comienzos de año hubo una fuerte suba que se desmoronó luego del cierre de las exportaciones). Sin embargo, los seis cortes vacunos que monitorea el Indec en las carnicerías (asado, carne picada, paleta, bife angosto, cuadril y nalga) aumentaron 9,8 por ciento en promedio durante el mismo período (la baja de los últimos meses se produjo con relación a los altos precios de marzo, pero no con respecto al año pasado). Los datos muestran que el descenso de precios que hubo en Liniers implicó una transferencia de ingresos del campo a la industria, lo que le permitió a los frigoríficos afrontar la veda exportadora en mejor situación.

El Gobierno tomó nota de la situación y decidió flexibilizar aún más la cuota para favorecer a los productores. Sabe que la mayor demanda provocará una suba de precios a nivel mayorista, pero confía en que la industria absorba esos mayores costos sin trasladarlos al consumidor. Así lo dio a entender Miceli al asegurar que la resolución “ayudará fundamentalmente a los productores para que puedan seguir produciendo de una manera eficiente y así aumentar la oferta, que es el verdadero reaseguro para que se puedan normalizar todos los mercados”. No obstante, la flexibilización es provisoria ya que el gobierno quiere tener herramientas para dar marcha atrás si los precios del mercado interno vuelven a subir.