A 48 horas de la difusión de la inflación de enero, los trabajadores del Indec advirtieron ayer que tomarán medidas de fuerza si el Indec anuncia un índice inferior a las previsiones que ellos manejan. Según trascendió de fuentes gremiales, la inflación sería del 2,1 por ciento. Desde el Palacio de Hacienda hicieron una enfática defensa de la decisión de mover las piezas en el organismo y desestimaron una manipulación de la encuesta de precios.

Cerca de Felisa Miceli descreen de las versiones que manejan en el Indec respecto de la inflación del mes pasado. “La ministra no tiene el dato de cierre del IPC”, señalaron a este diario desde su entorno.

El desplazamiento de Graciela Bevacqua como responsable de la oficina donde se elabora el índice de precios y su reemplazo por Beatriz Paglieri, una funcionaria elegida por la ministra de Economía, generó una crisis en el Indec. Ayer hubo una nueva asamblea de los empleados del organismo, que cuestionaron en duros términos esa movida. Hubo incluso un escrache frente al despacho de Paglieri, en el tercer piso del edificio. Algunas actitudes de los trabajadores que participaron de la asamblea fueron objetadas por ATE, uno de los gremios estatales, que tiene una representación en el Indec. A través de un comunicado, ATE-Indec aseguró que si bien “no apoya la llegada de nadie externo al Instituto (...), el Indec no es un centro de estudiantes de un colegio secundario”.

En diálogo con este diario, una fuente del Palacio de Hacienda señaló que los cambios en el Indec responden “a que se quiere mejorar el manejo de algunos temas”. Y aseguró que “presuponer que se realizó para modificar la metodología de medición del índice es desconocer la manera en que funciona el organismo. No habrá ningún cambio metodológico”, enfatizó.

Los trabajadores “autoconvocados” del Indec volverán a encontrarse esta tarde y realizarán una clase pública pasado mañana a las 13 para explicar la forma como se mide la inflación.