Una vez que se termine de levantar, la torre será una de las más lujosas del barrio de Villa Urquiza. Tendrá 17 pisos, contará con piscina, dos plantas de cochera y un enorme jardín. Sus dimensiones serán un poco más grandes que las anunciadas en el cartel que da la bienvenida al lugar. En vez de 1200 metros cuadrados, serán 8000 metros. Esa no es la única irregularidad detectada ayer por los inspectores oficiales. Los 22 empleados de la construcción que trabajan en el lugar estaban en negro. Por esos motivos, la obra quedó suspendida.

A los responsables de la obra ubicada en el corazón de Villa Urquiza se los intimó a blanquear al personal en las próximas 48 horas. El operativo comenzó cerca de las 8 de la mañana y estuvo liderado por el subsecretario de Fiscalización del Trabajo, Julio Casavelos. Una vez constatadas las irregularidades, los funcionarios informaron al gobierno porteño, que se hizo presente en el lugar y decidió suspender la construcción del lujoso edificio.

“Se verificó que el personal, muchos de ellos procedentes de Paraguay, no sólo no estaba registrado, sino que trabajaba sin medidas de seguridad”, explicó Casavelos luego de concluir con la inspección. En tanto, el director de Inspección Federal, Guido González Bellini, explicó que el pozo de ocho metros de profundidad que estaba construido “debería tener barreras de protección para evitar que, en caso de accidentes, los obreros resultasen lastimados”. Tampoco contaban con la contratación de los seguros de vida necesarios. Es decir, en caso de un accidente fatal, “ningún familiar podría reclamar nada”. De acuerdo con lo que dejaron trascender algunos funcionarios, parte de las instalaciones de la obra era utilizada por los trabajadores para pasar la noche.