El secretario de Agricultura convocó para el miércoles a todos los actores que integran la cadena del trigo para tratar de solucionar algunos inconvenientes surgidos con la asignación de los subsidios, que podrían poner en riesgo la estabilidad de los precios al consumidor. En el mercado operan cerca de 100 molinos harineros y más de 20 mil productores trigueros, pero hasta el momento sólo accedieron al beneficio 20 molinos y 69 productores.

Alberto España, presidente de la Federación Argentina de Industrias Molineras, aseguró ayer a Página/12 que “estamos teniendo dificultades para acceder a los formularios que nos permiten solicitar el subsidio y entonces algunos empresarios han decidido dejar de comprar hasta que se regularice la situación”. Por su parte, Pablo Orsolini, vicepresidente de Federación Agraria, destacó a este diario que, el subsidio para cubrir la diferencia entre el valor de referencia interno y el precio de exportación sólo es para los que venden a los molinos, pero dos tercios de la producción se exportó y en ese caso el productor y no recibe ninguna compensación”.

La dificultad que denuncian los molinos parece ser un inconveniente técnico producto de dificultades en la implementación, pero algunos productores dejaron trascender que lo que están haciendo es presionarlos para obtener un precio más bajo por tonelada. Al convocar a las partes, el secretario de Agricultura parece darle más crédito a la segunda versión y espera solucionar la situación el miércoles.

En el caso de los subsidios a los productores, el problema parece más difícil de resolver. Cuando el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, intervino el mercado de trigo en octubre del año pasado, les exigió a molinos y exportadores no comprar trigo a más de 370 pesos la tonelada. Esa medida buscaba evitar una suba en el precio de productos sensibles de la canasta básica como pan, harina y fideos. Sin embargo, de las 14 millones de toneladas cosechadas, sólo se consumen en el mercado interno cerca de 5 millones. El resto se exportó a un precio promedio cercano a los 430 pesos. Por lo tanto, los 60 pesos de diferencia existentes por tonelada con relación al valor de referencia interno fueron transferidos por los productores a las grandes cerealeras y no hay compensación prevista en ese caso.

De Urquiza prometió que los productores van a recibir el precio pleno en la campaña 2007/08, pero los empresarios del campo quieren una compensación por lo que ya le vendieron a los exportadores a precio subsidiado. “Los Agricultores Federados Argentinos, por ejemplo, acopiaron este año 500 mil toneladas de trigo, pero sólo destinaron al mercado interno 20 mil toneladas que le vendió el Centro Primario Rojas al molino harinero Cabodi. El resto se exportó y nosotros queremos una compensación de al menos 20 pesos por cada toneladas porque nos vimos obligados a vender a 370 pesos a exportadores que luego vendieron por mucho más”, señaló Pablo Orsolini.

El pedido no será fácil de resolver, pues si el Gobierno decide compensar a los productores por esas ventas estaría reintegrándoles un dinero que no sirvió para garantizar los precios internos sino para incrementar las ganancias de las cerealeras. Hasta ahora lo único que les prometió es que recibirán un precio pleno en la próxima cosecha. El incentivo parece haber surtido efecto porque la Bolsa de Cereales de Buenos Aires pronosticó recientemente una caída en la superficie sembrada de trigo de apenas un 3 por ciento e inicialmente se preveía una disminución del 20 por ciento.