Viernes, 22 de junio de 2007 | Hoy
La compañía controlada por el grupo chileno Arauco no está cumpliendo el compromiso de abastecimiento de rollos (troncos) a pymes de la zona. Denuncias ante la Comisión de Defensa de la Competencia.
Por Fernando Krakowiak
En Misiones se ha desatado una dura batalla entre empresarios de la madera. Los pequeños y medianos aserraderos del norte de la provincia denunciaron a la firma Alto Paraná por “abuso de posición dominante” ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC). En el escrito aseguran que la firma de capitales chilenos, propiedad del Grupo Arauco, está llevando adelante maniobras anticompetitivas para provocar una suba del precio de la materia prima y excluirlos del mercado.
En diciembre de 2002, Alto Paraná adquirió la División Forestal de Petrobras. La operación de concentración fue cuestionada por el resto de los aserraderos, pues produjo una acentuación de la asimetría ya existente en el mercado de materias primas forestales. Alto Paraná tenía hasta entonces plantaciones de árboles que abastecían a sus aserraderos y a otras madereras de la zona con las que competía. Además poseía una planta de celulosa y otra de tableros que demandaban pequeños árboles surgidos del raleo y chips (bordes de troncos desechados por los aserraderos). Petrobras también explotaba bosques para proveer a su aserradero y a otros de la región, pero no tenía planta de celulosa ni de tableros. Por lo tanto, competía con Alto Paraná y era al mismo tiempo uno de los principales proveedores de sus industrias. Luego de la absorción, la firma chilena pasó a controlar 233 mil hectáreas, donde se concentra casi el 40 por ciento de la superficie forestada de la provincia de Misiones.
La integración vertical generó alarma entre las pymes madereras de la zona, pues existía el riesgo de que Alto Paraná restringiera el abastecimiento de los troncos que los aserraderos necesitan para la producción, haciendo subir el precio. Además temían que hiciera valer su poder de mercado en el otro extremo de la cadena para forzar una baja en el valor de los chips y árboles de raleo que los aserraderos venden a las celulosas pues, pese a la compra de la División Forestal de Petrobras, sus plantas industriales necesitan más materia prima de la que pueden obtener de sus plantaciones.
La CNDC autorizó la concentración en diciembre de 2003, durante la presidencia del lavagnista Ismael Malis, poniendo solamente como condición que entre 2004 y 2008 se mantuvieran inalterados los volúmenes de troncos que, antes de la efectivización de la operación, tanto Alto Paraná como Petrobras ofrecían al mercado, bajo la modalidad de ventas directas, aproximadamente 50 mil toneladas cada una, lo que suma un total anual de 100 mil toneladas. Así se buscaba evitar que la firma dominante restringiera el abastecimiento de los troncos para perjudicar a la competencia.
Alto Paraná viene cumpliendo con su promesa de ventas, pero la Asociación Maderera, Aserraderos y Afines del Alto Paraná (Amayadap), una entidad que nuclea a más de 80 pymes que desarrollan actividades foresto-industriales, denunció el pasado 7 de junio ante la CNDC que ese cumplimiento ha sido sólo formal, pues la empresa habría burlado el condicionamiento “al haber adquirido simultáneamente en el mismo mercado geográfico relevante, el doble de la cantidad de madera aserrable que estaba obligada a vender”. En la presentación aseguraron que la supuesta maniobra de la empresa chilena “forma parte de una estrategia tendiente a aumentar aún más su posición dominante y a la exclusión de competidores, mediante la utilización de su poder de compra en forma predatoria”.
Las sospechas de los integrantes de Amayadap comenzaron en 2004. Ese año Alto Paraná cumplió con las ventas pautadas, pero 30 mil de las 100 mil toneladas comprometidas se las vendieron a Forestal Isla Nueve y Forestal Porteña, dos empresas de servicios forestales que no tienen aserradero. “Son empresas ligadas a Alto Paraná. Compran madera en pie a pedido de ellos”, señaló a Página/12, Juan Pardal, secretario gremial de Amayadap.
Según la denuncia, en los últimos años la empresa chilena siguió comprando madera, lo que relativizó el compromiso que habían asumido ante la CNDC. Amayadap asegura que en 2005 Alto Paraná le compró a Raúl Badaraco 140 hectáreas con 30 mil toneladas de rollos aserrables a través de un aserradero que operaría como testaferro de la firma. Ese mismo año incorporó otras 180 hectáreas de la empresa Kelsta, con 40 mil toneladas de rollos. La compra fue realizada de manera directa y con un contrato de forestación por “derecho real de superficie” donde Alto Paraná se comprometió a forestar nuevamente. Además, en 2006 adquirió otras 170 hectáreas a Papelera Alsina con 80 mil toneladas de rollos aserrables. “Ellos tienen que vender en el mercado 100 mil toneladas de rollizos por año, pero si al mismo tiempo compran hectáreas con nuevas plantaciones lo que terminan vendiendo es parte de lo que compran”, aseguró a Página/12 Eduardo Montamat, abogado de Amayadap, quien tiene la particularidad de haber sido vocal de la CNDC, cuando el organismo aprobó la fusión.
Amayadap denunció también en los últimos días que Alto Paraná realizó licitaciones para vender troncos, en las que se presentaron empresas vinculadas a la firma convalidando precios altos. “El precio promedio que estábamos pagando era de 135 pesos por tonelada, pero la firma Paranaense compró a 220 pesos por tonelada y La Palmina a 183 pesos”, afirmó Pardal. Los aserraderos solicitaron a la CNDC que multe a Alto Paraná por “abuso de posición dominante” y además quieren que se le prohíba seguir comprando madera.
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