Las empresas eléctricas encontraron un aliado para presionar por un aumento de tarifas. No fue un gurú de la city, ni un especialista del sector que defiende a las privatizadas, sino el secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza, Oscar Lescano. El histórico dirigente gremial, que forma parte de los Gordos de la CGT, aseguró que “es necesaria una suba de las tarifas de electricidad” en el área metropolitana. Es más, recordó que “el Gobierno se comprometió con las empresas a incrementarlas el año próximo”. En efecto, en los contratos renegociados con compañías distribuidoras se acordó una revisión integral de los cuadros tarifarios en 2008. El sindicalista lo tiene presente porque además de ejercer como representante de los operarios es empresario, ya que la Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza (Fatlif) es accionista de varias compañías.

El pedido coincide con un período de fuerte incremento de la demanda eléctrica. El consumo en todo el país creció en agosto 7,4 por ciento en comparación con igual mes del año pasado, según un informe de la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica (Adeera).

Distintos sectores empresarios están tomando posiciones frente al próximo gobierno, que suponen encabezará Cristina Fernández, e intentan imponerle su agenda. Para las privatizadas, la prioridad absoluta es un rápido aumento de tarifas. Su estrategia para generar consenso o al menos conseguir la aceptación social a esas subas es advertir que sin aumentos no habrá inversiones, y sin inversiones se agudizarán los problemas de abastecimiento.

En esa tarea de machacar para vencer resistencias, Lescano sumó su voz. “Teniendo en cuenta la situación del 2001, el Presidente (Néstor Kirchner) tuvo una visión muy clara en el sentido de no incrementar las tarifas de servicios públicos como la electricidad, para que el país empezara a crecer”, pero “hoy es necesario, y es oportuno que se actualicen”. “Estoy convencido de que las tarifas (de electricidad) de la Capital y el Gran Buenos Aires están muy bajas, y son las más baratas del mundo”, apuntó, en línea con la visión de las compañía. Para Lescano, los incrementos alentarán las inversiones privadas necesarias para aumentar la oferta de energía. “Inversiones hay que hacer, se están haciendo, pero hay que hacer muchas más”, recalcó.

Lescano apoyó el proceso de privatizaciones de los noventa y se sumó al negocio, ya que Fatlif se incorporó como accionista de varias empresas. En declaraciones periodísticas, el dirigente gremial se pronunció particularmente en favor de un ajuste en el área metropolitana. “Las tarifas en todas las provincias son, en promedio, el 100 por ciento más caras”, agregó.

Después de coincidir con los reclamos de las privatizadas, el sindicalista aclaró que está a favor de la aplicación de una tarifa social. En declaraciones periodísticas, Lescano pidió que se instrumente “una tarifa social, que ya está comprometida por el ente regulador (Enre), que comprendería a unos 400.000 clientes, a los que no tendría que cobrarles, o cobrarles lo que puedan pagar”. Finalmente, consideró que el ajuste sobre el resto de los usuarios “debería ser escalonado, porque si no la gente no lo podría soportar, y creo que el pensamiento de la gente del Gobierno es que debe hacerse de ese modo, de a poco”.

Según el relevamiento de Adeera, la demanda eléctrica registra una fuerte expansión. El viernes 3 de agosto se registró un nuevo máximo histórico de consumo de energía para un día hábil. El informe, que se realizó con datos tomados por la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA (Cammesa), precisó que en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, el incremento en agosto fue de 9,9 por ciento. Las provincias con mayores subas fueron Jujuy con 27,8 por ciento, Neuquén con 18,5 y Corrientes con 15,7. Por otra parte, el crecimiento acumulado de la demanda desde el inicio del año y en todo el país es de 6,8 por ciento respecto al mismo período de 2006.