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En una nota a la Comisión Nacional de Valores, como parte de la documentación que acompaña la presentación de su último balance, la empresa distribuidora Metrogas amenazó con el default de su deuda si se mantiene el congelamiento de las tarifas de los usuarios residenciales.

Además, advirtió que está en riesgo la operatividad de la compañía.

En su último estado contable, con cierre al 30 de junio, consignó un quebranto de 39,6 millones de pesos en el semestre, que, según la evaluación de la empresa, la colocaría en una situación muy vulnerable. Price Waterhouse, la consultora que auditó el balance, también señala el peligro de que Metrogas pueda dejar de pagar sus obligaciones.

El panorama previsto por la distribuidora gasífera en esa nota anexa emparenta el cuadro con el de Transportadora de Gas del Norte, que en diciembre pasado fue intervenida por el Enargas, luego de defoltear una obligación negociable por poco más de 22 millones de dólares. En esa oportunidad, los reguladores interpretaron que esa cesación de pagos de TGN comprometía la prestación del servicio, lo que forzaba al Estado a tomar cartas directas en el asunto.

Según acusa Metrogas en el texto presentado a la CNV, “la tarifa de distribución del servicio que presta la sociedad no ha sido actualizada desde hace diez años”. En realidad, hubo un incremento dispuesto a fines del año pasado en el margen de distribución, que hubiese implicado un ajuste en los precios residenciales de entre el 6 y el 10 por ciento. Pero como la empresa controlada por British Gas y Repsol tiene vigente un planteo ante el Ciadi contra el Estado argentino, ese dinero debía ir a un fondo fiduciario para obra. Esto fue resultado de un acuerdo con la propia distribuidora, avalado por decreto. La empresa no reforzaría sus ingresos pero se vería eximida de costear inversiones necesarias para expandir la red y mejorar la prestación. Pero el ente regulador nunca aprobó los cuadros tarifarios y ese aumento no llegó a cobrarse. De seguir así “la situación económica financiera continuará deteriorándose”, advierte la nota de Metrogas. También advierte que peligra la capacidad de “mantener” y “mejorar los activos esenciales”, así como la de “generar operativamente el flujo de fondos necesario”, debiendo “refinanciar su deuda actual u obtener financiación adicional”. Price fue más categórica cuando habló de la “incertidumbre” de la compañía para hacer frente en el corto plazo a los compromisos con sus acreedores, entre ellos el sistema previsional: al 30 de junio la deuda total alcanza los 3353 millones de pesos. La distribuidora no sólo lamenta el freno a las tarifas residenciales, sino la “falta de respuesta” para poder trasladar a todo el cuadro algunos costos como el pago de una tasa que cobra el gobierno de la ciudad. La tensión con el gobierno nacional no es nueva y la colocó en una situación desventajosa: cobra entre un 30 y 40 por ciento menos que Gasban, que abastece a la zona norte del conurbano y consiguió dos mejoras. Hace dos años la distribuidora capitalina fue intervenida por orden de Guillermo Moreno, cuando le reclamó a éste poner por escrito las instrucciones de a qué industria suspenderle el suministro en plena crisis invernal.