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Trenes de Buenos Aires denunció ayer que los inconvenientes sufridos en la línea Sarmiento durante las últimas jornadas son producto de una acción de “sabotaje” que, presuntamente, habrían realizado trabajadores de la propia empresa con los que está discutiendo una recomposición salarial en el marco de una conciliación obligatoria dispuesta por el Ministerio de Trabajo. “Es la obra de algunos imbéciles a los que no sólo no les preocupa perjudicar a miles de pasajeros que ven demorados sus viajes, sino a los propios trabajadores que tienen que salir rápidamente a solucionar los problemas”, embistió ayer Jorge Molina, gerente de Relaciones Institucionales del consorcio liderado por el Grupo Plaza.
Según sugirió el vocero de TBA, las interrupciones que sufrió el servicio el lunes a la mañana por la interposición de un chapón en el tercer riel de esa línea y la que lo paralizó provisoriamente ayer por un problema en el sistema de alimentación eléctrica fueron acciones intencionales que, sospechosamente, tendrían lugar cuando se está debatiendo con la Unión Ferroviaria un reajuste salarial que dio lugar a un conflicto suspendido por la conciliación. De ese modo, la empresa pone bajo sospecha la conducta de los propios trabajadores, al menos de los activistas ligados al gremio.