La implacable llovizna no pudó impedir que cerca de 1500 personas se manifestaran ayer en Buenos Aires contra el terrorismo de Estado en Colombia. Convocada por el Movimiento de Víctimas de Crímeres de Estado (MOVICE), la protesta partió del Obelisco para finalizar en la embajada de Colombia. Allí una veintena de organizaciones de DDHH, desocupados y partidos de izquierda condenó al presidente colombiano Alvaro Uribe. “Uribe alcahuete, vos sos un sorete”, improvisaron.

A medida que las nubes retrocedían, la juventud fue colmando la plazoleta del Obelisco, donde una bandera negra rezaba “Basta de terrismo de Estado”. Pese a las pancartas con rostros de desaparecidos y a la presencia de Nora Cortiñas, no se trataba de una ronda de las madres. Eran las imágenes de trabajadores y militantes asesinados en otro país. “Queremos que se empiece a conocer la otra voz de lo que sucede en Colombia y que el Estado genocida represor cese el terrorismo”, señaló Julio Hincapié, un colombiano que lidera el MOVICE y está refugiado en Argentina. El joven biólogo no vino de turista a Buenos Aires, sino para escapar de los paramilitares. “Fui testigo de una masacre, vi los cuerpos de campesinos con los que había trabajado torturados, decapitados y descuartizados”, relató. Sin embargo, todavía no pudo dejar su pasado atrás. Desde hace días recibe amenazas por teléfono.

Aún a la distancia, la marcha revivió un debate que sacude a Colombia. Cuando un militante reinvindicó por micrófono a Raul Reyes, el número dos de las FARC asesinado por el ejército colombiano en Ecuador, una mujer de anteojos negros interrumpió gritando. “No a la violencia”, exclamó. La muchacha recién se calmó cuando intervino Hincapié. “No vamos a acallar a nadie, no somos Uribe”, replicó entre aplausos. De lejos miraba la escena una mujer de unos 50 con una remera de las FARC.

Apenas salió el sol, la manifestación arrancó por Carlos Pellegrini hacia le embajada bogotana. “Uribe narco asesino de la CIA”, se leía en una pancarta. Al igual que otros colombianos presentes, Juliana Bravo no distingue entre los “paras” y el Estado. “Repudiamos a los paramiliatres y homenajeamos a las víctimas del Estado, del ejército y los grupos económicos”, explicó la joven abogada. “Hugo”, un telemarketer colombiano de 32 años que prefirió dar un nombre falso, está cansado de la persecusión en su país. “Si no estás con el gobierno sos un guerrillero”, denunció. Mientras la multitud avanzaba por Pellegrini, desde la vereda dos turistas alemanes contemplaban confundidos. “Debe ser una marcha contra los terroristas de las FARC. Si fuera contra Uribe no participaría, es un bueno gobierno. Chávez es el peligroso”, comentaron.

Informe: Juan Manuel Barca.