La presidenta Michelle Bachelet sufrió su más duro golpe político con la aprobación el jueves en la Cámara de Diputados de la destitución de la titular de Educación por negligencia administrativa, en el primer caso de un ministro expulsado en Chile desde 1990, tras la dictadura de Augusto Pinochet.

La ministra Yasna Provoste quedó suspendida de su cargo luego de que la Cámara baja aprobara una acusación constitucional que presentó la oposición bajo el cargo de actuación negligente en la administración de su ministerio. Su destitución, que debe ser aún ratificada en el Senado, se logró con la votación en bloque de la derecha opositora más cuatro de los cinco diputados que renunciaron en diciembre al oficialismo. Esa alianza consolidó una nueva conformación de fuerzas en el Parlamento chileno, asestándole el más duro golpe político a Bachelet, que acaba de completar la primera mitad de su mandato de cuatro años.

“La suspensión de la ministra Yasna Provoste desencadena la peor de las escaramuzas en todos los gobiernos de la Concertación”, estimó el analista Ascanio Cavallo. “Pone además al gobierno ante el escenario dramático de que una de sus más altas funcionarias sea despedida mediante un procedimiento democrático”, agregó.

De confirmarse la destitución, Provoste –maestra de profesión y militante demócrata-cristiana– quedará además impedida de ejercer por cinco años cargos públicos, incluido realizar clases en colegios estatales, frustrando de esta forma además su aspiración de competir por un cupo en el Senado en las próximas elecciones. Pero el daño mayor no se le habría asestado a ella sino a la política chilena, poco habituada a la constitución de alianzas opuestamente ideológicas para imponer sus intereses, según el politólogo Patricio Navia.

La nueva conformación incluye una alianza entre la derecha opositora, heredera del legado de Pinochet, y disidentes de la Democracia Cristiana (DC). Los ex oficialistas son liderados por el senador Adolfo Zaldívar, uno de los más enconados detractores de Bachelet, quien en diciembre fue expulsado de la DC tras militar por casi cinco décadas en el partido.

Uniéndose también con la derecha, Zaldívar logró convertirse hace dos semanas en el presidente de la Cámara alta, dándole otro golpe político a Bachelet. Por ahora Zaldívar y los otros ex DC se presentan como el centro político, capaz de inclinar en su favor votaciones decisivas en el Congreso y con capacidad para bloquear las iniciativas presentadas por Bachelet.

La decisión de destituir a la ministra está sustentada en un informe de la Contraloría, que detectó irregularidades financieras por 500 millones de dólares destinados al pago de subvenciones escolares. No se ha logrado comprobar un desfalco sino que sólo se ha limitado a establecer “desórdenes administrativos”. La ministra negó todos los cargos y acusó una persecución política.