Desde que George W. Bush llegó a la Casa Blanca, desarrolló una habilidad indiscutible: la de elevar el déficit por las nubes. Así lo confirmó un informe publicado ayer por la Oficina de Presupuesto del Ejecutivo estadounidense, que prevé un déficit presupuestario record de 490.000 millones de dólares en 2009 debido a la desaceleración de la economía y la aprobación del plan de reactivación. La administración también pronostica un menor crecimiento de la economía para el 2008 que lo previsto. “Es el precio que tenemos que pagar para mejorar la economía”, dijo ayer la portavoz del gobierno norteamericano, Dana Perino. Ante este escenario, los candidatos presidenciales Barack Obama y John McCain salieron ayer a destrozarse mutuamente.

La Casa Blanca informó ayer que prevé un incremento del gasto en rojo para el próximo año, que comienza el 1º de octubre, superior a los 407.000 millones de dólares previstos por Bush en febrero. Esto representa un 18,4 por ciento más de lo esperado. En tanto, en el período 2008 se alcanzará un déficit presupuestario de 389.000 millones de dólares, 21.000 millones de dólares menos que lo calculado hace cinco meses, pero mayor a las cifras del 2007.

Para la administración, el escenario no traerá mayores complicaciones. “Estos déficit proyectados son manejables y serán temporales si se mantienen los controles sobre los gastos, se mantiene baja la carga impositiva y la economía continúa creciendo”, dijo el director de Presupuesto de la Casa Blanca, Jim Nussle, en el informe que envió ayer a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

No obstante, el gobierno prevé que la economía podría crecer un 2,2 por ciento, en lugar del 3 por ciento proyectado en febrero. Asimismo, para este año, el crecimiento iba a ser del 2,7 por ciento, pero ayer la Casa Blanca señaló que alcanzará un 1,6 por ciento. “La economía de la nación ha continuado expandiéndose y se mantiene resistente, (pero) la caída en la vivienda, las endurecidas condiciones en los mercados de crédito y el continuo impacto de los precios energéticos afectaron la tasa de crecimiento que se esperaba”, reconoció la administración.

Antes de que se publicara el informe, la cara visible del gobierno intentó responsabilizar también a los demócratas por el aumento del déficit presupuestario. “Yo recuerdo que en aquella época, cuando hablábamos de plan de reactivación, los dos partidos admitían que el déficit aumentaría”, dijo Dana Perino. La portavoz de la Casa Blanca se refería al paquete estímulo de 168.000 millones de dólares, aprobado por el Congreso y luego por Bush, que implicó beneficios impositivos para los contribuyentes.

En cambio, el jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, cree que el culpable es otro. “El enorme déficit del presupuesto es un síntoma de los muchos problemas graves que la administración Bush se niega a atender”, señaló ayer. Para los analistas, el presupuesto cayó en picada durante los últimos siete años desde que Bush asumió su mandato en 2001. El líder republicano heredó un superávit presupuestario de 128.000 millones de dólares, pero al año siguiente registró su primer déficit debido a la recesión, los ataques del 11 de septiembre, el comienzo de la ocupación en Afganistán primero, y de Irak después, en marzo del 2003.

La campaña de Obama aprovechó el informe oficial para criticar a su rival. “Estos años fueron de una irresponsabilidad fiscal sin precedentes y es importante porque McCain propone continuar las mismas políticas de Bush, que pusieron a nuestra economía en un camino peligroso y pueden conducirnos a una mayor deuda”, dijo el asesor económico del senador por Illinois, Jason Furman, según informó la CNN. Del bando republicano, McCain acusó al candidato demócrata de ser incapaz de resolver el problema. “Obama no se comprometerá a equilibrar el presupuesto, no se propone controlar el gasto y sólo sabe responder aumentando los impuestos, algo que no servirá a los trabajadores estadounidenses”, se defendió.