Domingo, 5 de octubre de 2008 | Hoy
EL MUNDO › EL BRASILEÑO MARCO AURELIO GARCIA ANALIZA EL IMPACTO DE LA CRISIS EN AMERICA LATINA
Es el principal asesor en política exterior del presidente Lula. Dice que América latina está mejor preparada para enfrentar el derrumbe en los países centrales porque dio respuestas progresistas a las crisis en sus países. Apoya a Néstor Kirchner para presidir la Unasur.
Por Martín Piqué
Marco Aurelio García mueve sus manos al compás de las definiciones que va lanzando en un español perfecto aunque con indisimulable acento portugués. El gesto se reproduce hasta el infinito en un gran espejo con marcos de bronce que decora uno de los salones de la residencia del embajador de Brasil en Buenos Aires. El efecto multiplica la imagen de un intelectual con gafas a punto de caerse, sin embargo, resisten en su lugar. El principal asesor de política exterior de Luiz Inácio Lula Da Silva habla de la crisis financiera internacional sin disimular que hasta su gobierno está conviviendo con la incertidumbre. “Incluso nosotros ni siquiera sabemos la exacta dimensión de la crisis”, dice. Marco Aurelio, como lo llama todo el mundo diplomático, no descarta que el proceso que comenzó con el estallido de las hipotecas y los bonos subprime de Estados Unidos termine en una reconfiguración general del capitalismo. Ante el corto plazo, baja línea sin pudor. Sus consejos pueden ser leídos como un aviso, un anticipo de cuál será la reacción de Brasil, la locomotora del desarrollo de Sudamérica, ante un contexto global mucho menos favorable. “No debemos abandonar la perspectiva de tener respuestas progresistas a la crisis”, subraya.
–En el encuentro de cooperación del Cono Sur usted dijo que los gobiernos progresistas no deben sólo festejar, por cuestiones ideológicas, esta crisis financiera sino también pensar respuestas progresistas. ¿Cuáles son esas respuestas progresistas?
–Yo no creo que haya que festejar de manera alguna. Porque allá hay gente perdiendo con esto, y no son sólo los banqueros y los especuladores. Son empleados que están perdiendo sus empleos ahora y, lo que es más grave, muchos van a perder sus puestos si se produce una recesión en el futuro.
–Me refería a esas respuestas progresistas. ¿Cuáles podrían ser las respuestas progresistas desde América latina a esta crisis?
–¿Por qué nosotros hoy en día estamos mejor preparados para enfrentar la crisis de lo que estuvimos antes? Porque dimos respuestas progresistas a la crisis de nuestros países. Y en la crisis de nuestros países, acá en la Argentina se dio de forma brutal, había un elemento fundamental que era la vulnerabilidad externa. O sea, la exposición de la economía argentina, lo mismo que la economía brasileña, a los avatares de la economía internacional. Como nosotros fuimos capaces de dar respuestas positivas, nosotros crecimos, distribuimos ingreso, logramos una estabilidad macroeconómica razonable, disminuimos la vulnerabilidad externa. Cosas que nunca se habían visto antes en la región.
–Ahora las condiciones globales van a ser más adversas. ¿En qué condiciones va a tener que gobernar el progresismo en América latina? Hasta ahora, la distribución estuvo relacionada con el crecimiento económico.
–La distribución tiene que ver con el crecimiento económico y el crecimiento económico tiene que ver con la distribución. Esa es la novedad. Y en otras crisis esto ya ocurrió. ¿Por qué se recuperó la economía norteamericana en los años ‘30? Por la distribución. Porque se utilizaron políticas sociales como factor de dinamización, de reconstrucción de una demanda mermada por la crisis del capitalismo. Pero no debemos abandonar la perspectiva de tener respuestas progresistas a la crisis. Hay que ver cómo incide la crisis en América latina. Algunos dicen que los créditos van a disminuir, pero tenemos posibilidades a partir de nuestros bancos centrales y de nuestro sistema bancario, que está razonablemente protegido. Si se provoca una recesión, también. Puede ocurrir pero nosotros tenemos un recurso importante: nuestro mercado interno, que no es pequeño.
–Brasil tiene un mercado interno enorme. Pero ¿qué perspectivas imagina para la Argentina en los próximos años?
–La Argentina tiene un mercado importante. No podemos subestimar eso. En segundo lugar, tenemos que hacer una apuesta por el mercado regional, incluso en el mercado brasileño. Eso va a demandar un esfuerzo impresionante de naturaleza política. Eso va a demandar que nosotros tengamos la capacidad de resistir las tendencias de cerrar nuestras economías, que van a surgir acá y en Brasil y en todas partes, en provecho de la integración. Va a significar manejar intereses contradictorios. Se va a necesitar mucha intervención política. En su discurso ante la asamblea general de las Naciones Unidas, el presidente Lula mencionó una frase que me parece decisiva: “Ha llegado el momento de la política”. Los problemas técnicos y económicos son importantes pero hay un momento en que uno tiene que hacer una elección. Y esa elección es una opción de naturaleza política.
–Lula criticó muy duro al gobierno de Bush. ¿Cuál es su opinión sobre estos dos mandatos de Bush y del salvataje de las entidades en riesgo?
–El salvataje a lo mejor es la única alternativa que quedó. Peor que eso sería nada. Si se dejara que el mercado se encargara de todo, podríamos tener un derrumbe efectivo de la economía. El gran problema es que más allá de las opciones políticas concretas en Irak, desde el punto de vista estrictamente económico los neoconservadores impusieron una desregulación total de la economía. Y eso llevó a estas aberraciones de que se podía ganar plata indefinidamente. Lula ha citado mucho la capacidad de préstamo que los bancos tienen en Brasil, que es de diez veces su capital. En Estados Unidos y otros países, eso iba a noventa o cien más. Entonces llega un determinado momento en que alguien cobra el cheque.
–El déficit del gobierno estadounidense está financiado sobre todo porque muchos países en el mundo toman al dólar como moneda de transacción...
–... lo toman como moneda, depositan sus recursos en bonos del Tesoro, etcétera. Estados Unidos se aprovechó de esta situación que le parecía natural de hegemonía económica y no se cuidó. Y eso fue llevado a las últimas consecuencias hasta una situación gravísima. Hubo sin duda alguna una responsabilidad. Pero eso no lo dice Lula, y menos yo, lo dicen los propios americanos. Dicen que hubo un cuadro de irresponsabilidad muy grande en función de los elementos que están expuestos.
–Qué los bancos centrales de Argentina y Brasil hayan acordado empezar a usar sus monedas locales es una decisión impensada en otro momento. Y coincide con el debilitamiento de los Estados Unidos.
–Es una decisión que se está trabajando hace mucho tiempo. ¡Y qué bueno que coincida! Es muy bueno el ejemplo que da usted. Ojo, eh, porque eso significa concretamente que nosotros estamos tomando iniciativas desde hace mucho tiempo para proteger nuestras economías. Esta fue una de ellas.
–Vladimir Putin también dijo que quería tratar de imponer el rublo como moneda de intercambio comercial. ¿Se viene un mundo multipolar desde lo económico?
–El mundo multilateral ya se está constituyendo en lo económico antes que en el plano político. Eso a lo mejor va a acelerar la constitución de un mundo multilateral, multipolar, desde el punto de vista político también.
–¿Estamos viviendo un proceso de reconfiguración global del capitalismo?
–Es muy probable que sí. Que ocurra ahora, que esté empezando un proceso semejante al que empezó con la crisis del ’29 pero ojo Breton Woods (N. de la R.: acuerdo de las principales potencias para definir las reglas del sistema financiero internacional en el que se creó el FMI) fue en el 014644.
–Aquí se mira con mucha preocupación la situación de Brasil. ¿Qué va a pasar con su economía?
–La decisión del gobierno brasileño es tratar de mantener el crecimiento de la economía. Yo no voy a ser optimista al punto de decir que vamos a crecer con la misma intensidad con la que estamos creciendo ahora. A lo mejor podemos tener cierta caída. Pero nosotros no queremos sacrificar en el altar de una supuesta estabilidad macroeconómica el crecimiento del país. Porque eso tiene un impacto muy importante sobre la vida de la gente. El país no está hecho de gráficos, está hecho de gentes, de hombres y mujeres, que se acostumbraron a la mejora de sus vidas y poco entenderían que de una hora para otra la cosa cambió. Nosotros no vamos a hacer ninguna aventura, no la podemos hacer. Pero vamos a hacer un esfuerzo muy, muy grande para que las conquistas sociales sean preservadas y, si es posible, ampliadas. Eso significará que la economía no va a estancarse.
–¿Le preocupa que en la región se produzca un giro a la derecha basado en la incertidumbre?
–Eso sería un problema de acierto de las políticas. Creo que las izquierdas tienen la memoria histórica suficiente como para recordar, como para darse cuenta de lo que deben y no deben hacer. No aventuras.
–¿Qué sería una aventura?
–Desconocer los problemas reales que estamos enfrentando y salir con un programa voluntarista. Pero tampoco repliegues. Si hay que replegarse, hay que replegarse en forma muy ordenada y en previsión de nuevos avances. Sobre todo en preservación de las conquistas de las mayorías de nuestros países.
–Unasur se está constituyendo en una institucionalidad nueva de Sudamérica. ¿Cuál es el rol de ese organismo ante esta crisis? ¿Y cree que Néstor Kirchner va a ser secretario ejecutivo del organismo?
–Nosotros apoyamos la candidatura de Néstor. Ayer incluso le transmití lo que había sido transmitido formalmente por la Cancillería brasileña como una decisión del presidente Lula. Sobre eso no hay ninguna duda. En segundo lugar, el rol de Unasur va a ser muy importante. Porque Unasur tiene un programa que cumplir: Banco del Sur, infraestructura energética, infraestructura física, política de compatibilización de políticas sociales, Consejo de Defensa. Todas las iniciativas pueden tener implicaciones económicas muy positivas.
–Algunos países de América latina firmaron Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos. ¿Serán los más afectados por esta crisis?
–No hay una evaluación global todavía de los efectos de estos tratados de libre comercio. Sé que para algunos países no fueron tan positivos como se imaginaba. Por ejemplo, el comercio de Chile con Estados Unidos no aumentó después del TLC, creo que tuvo un pequeño descenso. Es una opción que cada país hace. Nosotros no quisimos hacerlo. Con la Argentina, Uruguay y Paraguay resistimos en la reunión de Mar del Plata y creo que fue una decisión muy oportuna. Si nosotros hubiéramos entrado en el ALCA nuestro sistema bancario a lo mejor estaría comprado por los bancos norteamericanos. ¿Y cuántos de ellos estarían quebrados hoy en día? Cada país sabe dónde le aprieta el zapato. Nosotros comprendimos muy bien cuáles serían las consecuencias para nuestros países. A nosotros nos gustaría que la gran opción fuera por una integración latinoamericana.
–Volviendo a Unasur, ¿Néstor Kirchner tiene el apoyo de toda Sudamérica a su candidatura?
–Yo tengo entendido que sí pero no tengo la información al detalle. Para Unasur es un gran comienzo que un presidente que salió con prestigio elevadísimo en su país, que tiene una vocación integracionista, pueda ser el primer secretario general de Unasur. Es un lujo.
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