EL MUNDO › TRAS LA DERROTA ANTE OBAMA, EL OFICIALISMO ENVIA EL MENSAJE DE QUE NO MURIO

Cómo levantar la moral republicana

La candidata a vice de McCain, Sarah Palin, no cedió ni un milímetro de protagonismo en los medios. Sus compañeros de partido se dieron ánimo en una conferencia en Miami.

 Por Antonio Caño *

Desde Washington

Los republicanos están derrotados, pero no muertos. Ese es, al menos, el mensaje que el partido intenta transmitir en estos momentos de desasosiego y confusión tras la amplia victoria demócrata del 4 de noviembre. “La fábrica de ideas republicanas sigue muy activa”, aseguraba ayer el gobernador de Minnesota, Tim Pawlenty, una de las estrellas en alza del conservadurismo, reunido estos días con el resto de sus colegas republicanos en una conferencia en Miami que intenta levantar los ánimos en las filas de la derecha.

La conferencia de gobernadores, en un partido sin liderazgo y sin una estructura organizativa rígida, representa algo así como una cumbre de barones. Entre ellos, la figura más solicitada por la prensa es, sin duda, la gobernadora de Alaska. Sarah Palin no ha cedido ni un milímetro de protagonismo desde que fue derrotada en las urnas. Su presencia en los medios es constante y su coqueteo con una futura candidatura presidencial, obvio.

Su intervención ayer en la conferencia de Miami, en la que defendió su experiencia en asuntos clave como la energía, fue un paso más en la misma dirección. Sus compañeros de partido le reconocen algunos méritos, como los de estimular a las bases conservadoras y atraer la atención pública en un momento en que Barack Obama se la roba toda.

Pero también son conocidas por los dirigentes republicanos algunas de las fuertes carencias de Palin, las mismas que, según las encuestas, lastraron la candidatura de John McCain: su radicalismo derechista y su desconocimiento de la alta política.

Palin llegó, por tanto, a Miami rodeada de una gran atención, pero es extraordinariamente prematuro deducir que salió de allí convertida en la promesa de futuro de los republicanos. De hecho, el partido está lejos aún de encontrar un líder y de definir una estrategia para la próxima legislatura.

Las divisiones entre quienes quieren reforzar los principios conservadores que han dominado en los últimos años y quienes proponen un discreto viaje hacia el centro se han acentuado tras el fracaso de McCain. Pero no son las únicas. A ellas se unen las diferencias entre los llamados conservadores fiscales y los conservadores morales, los halcones y las palomas de la política exterior.

“No podemos competir y ganar como partido mayoritario –ha advertido Pawlenty– mientras tengamos un déficit tan grande como el que tenemos entre las mujeres, entre los hispanos, entre los afroamericanos y entre la gente de modestos recursos.”

En Estados Unidos el líder del partido es el presidente de la nación o el candidato a la presidencia. Cuando se carece de ambas figuras, el partido vive en un vacío que llenan las figuras más destacadas. Palin es la celebridad reconocida. Pawlenty es el símbolo de la modernización y el relevo generacional. Y es imprescindible mencionar en esta lista a Mitch McConnell que, tras su sonora victoria en Kentucky, se ha convertido en líder republicano en el Senado.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Las carencias de Palin lastraron la candidatura de McCain.
Imagen: AFP
 
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