Un empresario español fue asesinado ayer tras un tiroteo en el País Vasco, al norte de España, en un atentado que la policía vasca atribuyó a la organización independentista armada ETA. La víctima fue identificada como Ignacio Uria Mendizábal, de 71 años, y era directivo de una empresa que participa en la construcción del Tren de Alta Velocidad (TAV), uno de los principales proyectos económicos de la región vasca.

Desde que se emprendió la construcción del TAV hace dos años, las empresas que trabajan en esta obra venían siendo blanco permanente de amenazas del grupo terrorista. Con este hecho, los miembros de ETA vuelven a atacar a hombres de negocios, después de ocho años sin haber atentado contra responsables de compañías. Al momento del crimen, Uria no llevaba escolta a pesar de las reiteradas amenazas que venía recibiendo de ETA en los últimos años, por no pagar el impuesto revolucionario.

El atentado ocurrió en la localidad de Azpeitia, en el estacionamiento de un restaurante al que el empresario concurría habitualmente. Uria murió en el lugar luego de recibir dos balazos, uno en la cabeza y otro en el pecho. Según testigos, dos individuos dispararon a quemarropa y luego se dieron a la fuga en un Alfa Romeo. De acuerdo con las investigaciones preliminares, los atacantes tendrían unos 30 años cada uno, y se habrían robado el coche momentos antes del asesinato.

El coche en el que huyeron los dos atacantes fue encontrado calcinado a unos 25 kilómetros de Azpeitia, mientras que su dueño fue hallado atado en ese mismo lugar como producto del robo previo. Los atacantes se habrían dirigido allí para recuperar el vehículo en el que se trasladaban, y habrían incendiado el móvil usado para el atentado con la intención de borrar las huellas.

“Todo apunta a que ha sido ETA”, informaron las fuerzas de seguridad españolas. Si la pista de ETA se confirma, se trata del primer atentado de esta organización desde la detención del presunto jefe de su brazo militar, Garikoitz Aspiazu (alias Txeroki), el 17 de noviembre pasado en Cauterets, al sudoeste de Francia. ETA ha asesinado a seis personas desde la ruptura de la última tregua, en junio de 2007, cuatro de ellas en lo que va de este año.

Mendizábal era dueño de la firma Altuna y Uria, una de las sociedades que trabajan en la construcción del TAV en el País Vasco, un importante proyecto ferroviario denominado “la Y vasca”, por su trazado para unir las tres capitales del País Vasco. De acuerdo con el diario español El País, el TAV era uno de los objetivos de ETA, que venía realizando amenazas contra el emprendimiento ferroviario desde 2007 (ver recuadro).

Desde el Palacio de La Moncloa, el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero expresó su repudio al atentado. “Han vuelto a matar de forma vil y cobarde a un ciudadano vasco que trabajaba a favor del desarrollo de su tierra.”

El mandatario afirmó que la obra seguirá adelante. “Puedo expresar la firme determinación del gobierno en realizar esa obra, sin duda muy importante para la integración de Euskadi (País Vasco) en España y hacia Europa. Esa obra se va a hacer porque es fruto de la voluntad democrática”, sentenció Zapatero.

El opositor Partido Popular se sumó a la condena hecha por el presidente. “La sociedad española, con la ley, el estado de derecho y el trabajo de las fuerzas y cuerpos de seguridad estatales, va a ganar esta batalla y va a derrotar a ETA”, aseguró el líder conservador Mariano Rajoy.

El presidente del gobierno regional vasco, Juan José Ibarretxe, también condenó el asesinato. “Se puede estar a favor o en contra de una estructura que es fundamental para este país, pero no se puede matar. ¡ETA márchate, sal de nuestras vidas para siempre!”, reclamó.

ETA, que adoptó la lucha armada para conseguir la independencia del País Vasco, mató a 824 personas en 40 años, incluyendo 41 empresarios. Desde el año 2000, cuando mató a José María Korta, presidente de la patronal de la provincia vasca de Guipúzcoa, ETA no había matado a empresarios, concentrando su actividad en funcionarios y políticos locales y nacionales.