La policía india detuvo ayer a dos sospechosos de haber colaborado en los atentados y la toma de rehenes de la semana pasada en Bombay, que dejaron un saldo de 172 muertos y cientos de heridos. Son las primeras detenciones relacionadas con los ataques. Según el vocero de la policía Javed Shamim, los detenidos Tusif Rahaman y Sheikh Muktar habrían entregado tarjetas SIM (telefónicas) a los terroristas antes de que comenzara la operación. Fue con esos teléfonos celulares que los diez terroristas sincronizaron las bombas y las tomas de los dos hoteles de lujo, que ocuparon durante dos y tres días.

La tensión no desapareció todavía en el país. Los principales aeropuertos seguían ayer en alerta máxima ante la amenaza de nuevos ataques y un atentado en el noroeste dejó nueve heridos, entre ellos dos niños. Según informó la policía, el Frente de Liberación Nacional Karbi Longri, un grupo que lucha por la independencia en esa región, colocó una bomba en medio de un mercado en el estado de Assam cuando estaba abarrotado de gente que hacía sus compras diarias.

Pero en Nueva Delhi el centro de la atención estaba puesto en descubrir quién estuvo detrás de los atentados de Bombay. Ayer el gobierno paquistaní aseguró que no tiene ninguna prueba de que fuera un grupo de su país, como sostienen las autoridades indias. En Estados Unidos, mientras tanto, la cadena televisiva NBC difundió un informe del Consejo Asesor de Seguridad Extranjera –un organismo que funciona como puente entre el Departamento de Estado y las empresas estadounidenses en el mundo– que sostiene que los terroristas habrían sido de origen paquistaní. El informe sostiene que los atacantes ya se habían hospedado en los hoteles que luego secuestraron y que, posiblemente, habían escondido armas y provisiones en las habitaciones semanas o meses antes de los atentados.