Martes, 17 de noviembre de 2009 | Hoy
EL MUNDO › EL ORGANISMO DUDA SOBRE SI HAY OTRAS CENTRALES EN IRáN
Para las Naciones Unidas, las explicaciones que da Irán sobre su programa nuclear no son suficientes. En particular, el alerta tardío de Teherán a la comunidad internacional sobre su planta de enriquecimiento de uranio en la ciudad santa de Qom generó dudas en la ONU: el organismo teme que existan otras instalaciones secretas no declaradas. Con ese argumento, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) divulgó ayer un informe en el que le pidió al país asiático que brinde más detalles. “El organismo advirtió a Irán que su revelación tardía sobre las nuevas instalaciones reduce el nivel de confianza en relación con la inexistencia de otras plantas nucleares en construcción y despierta dudas acerca de si hay otras instalaciones no declaradas al organismo”, precisó la AIEA.
Las reacciones de Washington y Teherán fueron opuestas. “Ha llegado el momento de que Irán muestre que quiere ser un miembro responsable de la comunidad internacional”, señaló a través de un comunicado Ian Kelly, vocero del Departamento de Estado. “Seguiremos ejerciendo presión sobre Irán para que respete sus obligaciones nucleares internacionales”, agregó el funcionario.
“Todo esto es reiterativo. Irán seguirá ejerciendo su derecho al uso pacífico de la energía nuclear, incluido el enriquecimiento de uranio”, expresó, a su turno, Alí Asghar Soltanieh, representante iraní ante la agencia de la ONU.
Pero la AIEA insiste. De acuerdo con la organización situada en Viena, hay detalles que no concuerdan. “Las explicaciones iraníes sobre el objetivo de esta planta y la cronología de los planes y de su construcción necesitan más explicaciones”, precisa el informe. Y es que, según el documento, hay un problema de fechas: Teherán notificó a la comunidad internacional que comenzó a construir la planta bajo tierra cerca de la sureña ciudad de Qom en 2009, pero la AIEA afirma tener evidencia que indica que el proyecto comenzó en 2002, se interrumpió en 2004 y se reanudó en 2006.
“El hecho de que Teherán no hubiese informado a la AIEA de su decisión de construir o autorizar la construcción de instalaciones nucleares sensibles inmediatamente después de que tomase la decisión es un hecho inconsistente con sus obligaciones de ser transparente con el organismo nuclear de la ONU”, asegura el informe.
En septiembre pasado, Irán reveló al mundo que construía un segundo centro de enriquecimiento de uranio en su territorio, además del de Natanz, a 150 kilómetros al suroeste de Teherán, con capacidad para albergar alrededor de tres mil centrifugadoras. La noticia provocó la ira de las potencias occidentales y aceleró la instalación de una mesa de negociación en Ginebra, Suiza. La propuesta que la comunidad internacional le hizo al gobierno de Teherán, concretamente, es que ese país envíe al exterior su uranio enriquecido para ser procesado: en este caso, Rusia se encargaría de la primera parte del enriquecimiento y Francia lo terminaría de convertir en combustible para fines pacíficos. Irán todavía no contestó a la propuesta.
A pesar del estancamiento, ayer pareció abrirse camino otra propuesta: Turquía ofreció a Irán almacenar su uranio de bajo enriquecimiento. La nación persa recibió bien la propuesta. “ Turquía puede jugar un papel positivo y constructivo”, señaló el presidente Mahmud Ahmadinejad, aunque insistió en que su país no hará concesiones respecto de su programa y sólo negociará con la AIEA.
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