Domingo, 2 de enero de 2011 | Hoy
EL MUNDO › EL PRESIDENTE DE BOLIVIA DIJO QUE ESCUCHO LAS PROTESTAS SOCIALES POR EL ALZA EN LOS COMBUSTIBLES
Para Morales, el pueblo no estaba preparado para asumir las consecuencias de la medida, pero él sigue considerando imprescindible nivelar los precios de los combustibles de Bolivia con los de países de la región.
El gobierno boliviano empezó el año dando marcha atrás con el gasolinazo, que había acarreado protestas en todo el país. El presidente Evo Morales reconoció ayer que escuchó la disconformidad, pero que sigue considerando imprescindible nivelar los precios de combustibles locales con los de los países de la región. Por eso, también advirtió que el Tesoro General de la Nación (TGN) no podrá subvencionar en el futuro la compra de nafta y diésel en el exterior.
Las manifestaciones y los cortes de ruta en el oeste de Bolivia obligaron el viernes al mandatario boliviano a derogar el decreto de alza de combustibles de hasta un 83 por ciento. Ayer, en conferencia de prensa, Morales explicó los motivos por los que retrocedió con esa iniciativa que generó el descontento social y que lo obligó a cancelar su viaje a Brasilia para participar de la toma de posesión de la presidenta Dilma Rousseff. “Como ha sido mi promesa al asumir la presidencia de Bolivia, escucho y me someto al pueblo, obedeciéndole porque sus consejos son sabios”, dijo. Y agregó: “El pueblo no estaba preparado para enfrentar las consecuencias de la medida”.
Como publicó la oficial Agencia Boliviana de Información (ABI), Morales explicó que la intención que buscaba con el decreto era nivelar los precios de los combustibles líquidos y el diésel con los vigentes en otros países y así evitar una sangría a la economía nacional. Pese a ello, el presidente boliviano se inclinó por anular la disposición y postergarla para más adelante.
“No sé por cuánto tiempo el Tesoro tendrá recursos para sostener el programa de subvención: dos, tres o cinco años”, remarcó desde la ciudad de Cochabamba, en el centro de Bolivia. La Paz programó para este año más de mil millones de dólares para la compra de combustibles en el exterior, adelantó Morales.
El presidente también precisó que a partir de este momento se requerirá un debate nacional para determinar si se mantiene la subvención al precio de la nafta y el diésel en Bolivia o si se nivela de acuerdo a los estándares internacionales. En ese país, el litro de gasolina cuesta 48 centavos de dólar, precio que se triplica en Brasil y en otros países vecinos. “Todos saben que la nivelación es necesaria para que los dineros que utiliza Bolivia en la subvención de los carburantes puedan ser utilizados en la ejecución de programas de desarrollo de amplio alcance social, como la educación, la construcción de hospitales y de caminos”, insistió el presidente boliviano. Por eso, habrá que debatir si se mantienen los subsidios al combustible, y el espacio apropiado será en una comisión nacional, que estará integrada por representantes de distintas organizaciones sociales.
Por otro lado, el gobernante dijo que iniciará una lucha frontal contra el contrabando de combustible desde Bolivia. También anticipó que incrementará las tareas de exploración y explotación de petróleo para contar con combustibles nacionales.
Morales denunció que detrás de algunas de las manifestaciones de descontento social estaba la agitación de sectores opositores y de la derecha que complotan contra su gobierno. El mandatario apuntó directamente contra el izquierdista Movimiento Sin Miedo (MSM). El jefe del MSM y ex alcalde de La Paz, Juan del Granado, llamó a la población a ocupar las calles para rechazar la decisión presidencial.
En consonancia, el presidente descartó que la efímera medida haya puesto en jaque las relaciones del Ejecutivo con las organizaciones sociales. En esa rueda de prensa, el gobernante relató que en los últimos cinco días tuvo reuniones de amanecer a amanecer con sus ministros y con los dirigentes de organizaciones campesinas y sociales que respaldan a su gobierno.
Desde el sindicato de choferes, que el jueves mantuvo las rutas cortadas, celebraron la decisión del Ejecutivo boliviano de dar marcha atrás con el decreto 748. “Yo creo que toda Bolivia está contenta, no solamente nosotros los transportistas. El diésel estaba al doble y ahora ya sabemos que está otra vez al mismo precio y también nosotros hemos bajado los pasajes al precio que estaban”, dijo a ABI el representante de los transportistas interprovinciales de Santa Cruz, Federico Peredo. Pero aún es incierto si la medida se había replicado en todas las ciudades. La radio Erbol sostuvo que en la capital boliviana los transportes públicos seguían ayer cobrando con el arancel que establecieron en respuesta al “gasolinazo”.
El viernes, el jefe de Estado había reclamado que quedaran sin efecto, como el decreto, todas las medidas de fuerza de distintos sectores, entre ellas la suba de las tarifas y el alza de los aranceles de los alimentos. Del lado gubernamental, Morales informó que también había dejado sin efecto la decisión de aumentar el 20 por ciento al salario mínimo y el mismo porcentaje a la paga que reciben los militares, los trabajadores públicos, de la salud y de la educación.
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