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El Congreso estadounidense aprobó ayer el texto del Presupuesto 2011, que implica una reducción presupuestaria de casi 40.000 millones de dólares, y se lo envió al presidente Barack Obama para convertirlo en ley. En el Senado el texto fue aprobado por 81 votos contra 19. Previamente, la Cámara de Representantes lo había hecho por 260 votos contra 167. En total, 59 republicanos votaron en contra en la Cámara baja, de modo que la mayoría republicana logró la adopción del texto con la ayuda de los representantes demócratas.

Un acuerdo sobre el presupuesto al que se llegó el viernes pasado entre los dos partidos del Capitolio y la Casa Blanca permitió –menos de una hora antes de que expirara el plazo en la medianoche del viernes– evitar el cierre de varios servicios públicos federales. El Congreso aprobó inmediatamente una medida provisoria de una semana.

El texto aprobado el jueves por la Cámara prolonga esta vez el financiamiento de las operaciones de la administración federal por el resto del ejercicio presupuestario 2011, es decir hasta el 30 de septiembre. También permite una reducción presupuestaria de 38.500 millones de dólares respecto de 2010.

Obama deberá ahora promulgar la Ley de Presupuesto 2011 en la medianoche de hoy para permitir la continuación del financiamiento de la administración. Entonces, la Cámara de Representantes se pronunciará sobre el proyecto de Presupuesto 2012 de los republicanos.

El texto presentado por el presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja, el republicano Paul Ryan, incluye reducciones de impuestos para las empresas y los estadounidenses más ricos y propone la privatización de programas de seguro de enfermedad. Si el texto es adoptado en la Cámara baja, el proyecto de Ryan tiene pocas chances de ser aprobado en el Senado, en manos de los demócratas.

A todo esto, Obama anunció anteayer un plan para reducir el déficit en 4 billones de dólares en 12 años.