Más de 18 millones de rumanos fueron convocados para acudir a las urnas hoy y decidir si destituyen al presidente de centroderecha, Traian Basescu. El mandatario fue suspendido por el Parlamento por supuestas violaciones graves de la Constitución.

Los últimos sondeos apuntan que la destitución de Basescu tiene un apoyo que ronda al 70 por ciento, con una participación de un 52 por ciento de la población, lo que haría efectivo el cese del presidente. La consulta estará vigilada por la Comisión Europea, que criticó al gobierno rumano por amenazar el Estado de Derecho tras emprender el procedimiento de revocación del presidente. Esa comisión, Estados Unidos y varios gobiernos europeos manifestaron su preocupación por las acciones de la mayoría gubernamental. El gran reto de la coalición de gobierno entre socialdemócratas y liberales será atraer al mayor número de votantes posible, tarea complicada en pleno verano y con una ciudadanía que percibe a su clase política como corrupta e ineficaz.

Justo antes de iniciar el procedimiento constitucional contra Basescu, el gobierno suprimió por decreto el requisito de la participación de la mitad más uno de los electores para hacer efectiva la consulta. Pero en contra de lo establecido por el Ejecutivo, el Tribunal Constitucional declaró necesario este quórum. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, le exigió al primer ministro rumano, el socialdemócrata Victor Ponta, respetar la decisión de la Corte a la hora de organizar la consulta. Así, el gobierno rumano rectificó y reintrodujo el requisito de presencia en las urnas en una sesión extraordinaria del Parlamento.

El propio Basescu denunció en los últimos días que la coalición de gobierno prepara un fraude masivo en la consulta, por lo que pidió a los rumanos no participar en el referéndum. A esas acusaciones le respondió el presidente interino, Crin Antonescu, quien destacó la “normalidad democrática” en la que se ha desarrollado la campaña.

Basescu llegó al poder en 2004, con un discurso contra la corrupción, a favor de la reforma de la clase política y la modernización del Estado y el país. Ex capitán de la marina mercante y político, el presidente ahora suspendido superó en 2007 un proceso de destitución por supuesta violación de la Constitución y fue reelecto por escaso margen en 2009. Sin embargo, su popularidad ha ido en caída desde que aplicó en 2010 una de las políticas de austeridad más severas de la Unión Europea (UE).