Viernes, 5 de octubre de 2012 | Hoy
EL MUNDO › EL PRESIDENTE VENEZOLANO, HUGO CHAVEZ, CERRO SU CAMPAÑA ELECTORAL Y PROMETIO UNA “PALIZA A LA BURGUESIA”
Secándose las gotas de lluvia, el líder que acuñó el término de Socialismo del siglo XXI dijo que era agua bendita que caía del cielo en el Día de San Francisco. “Con esta lluvia nos consideramos bendecidos por la mano de Dios”, arengó.
Por Mercedes López San Miguel
Desde Caracas
La lluvia acentuó los ánimos de los que esperaban a Hugo Chávez a lo largo de la avenida Bolívar y varias avenidas aledañas, entre ellas Universidad, Urdaneta, México, Fuente Llaguno y Fuerzas Armadas. A las tres de la tarde el presidente se subió al escenario y cientos de miles de personas vibraron. Chávez, con la chaqueta empapada, empezó cantando: “Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó”. Abajo del escenario sus seguidores seguían la letra del himno esforzando las gargantas entre los aplausos y sonidos de cornetas. “Le doy gracias a Dios y gracias a la vida como dice la canción por haberme dado tanto. Acá está Chávez. Gana Chávez el siete de octubre, ése es el grito que se oye en Venezuela”, dijo quien aspira a ganar un nuevo mandato frente al candidato único de la oposición, Henrique Capriles. En el cierre de su campaña, el líder venezolano pidió que sus seguidores fueran a votar desde temprano. “Esta avalancha bolivariana que viene recorriendo el país en las últimas semanas tenemos que convertirla en una avalancha de votos el domingo... todo el mundo a votar por Chávez el siete de octubre, a levantarse muy temprano.”
Uh, ah, Chávez no se va, el cantito se colaba entre las palabras del gobernante. “Nos costó mucho llegar aquí en 500 años de batalla. Y cuando terminaba el siglo XX salimos de una especie de muerte colectiva a pesar de tanta lucha. En el 2012 Venezuela está viva, y camina, y corre... Venezuela, Venezuela, Venezuela.” Quizás estaba aludiendo a su propia experiencia, porque Chávez se enfrentó a un tratamiento de cáncer que le quitó tiempo a su campaña. Quizá también la enfermedad le agregó emotividad entre sus seguidores, que vieron cómo siguió adelante pese a las limitaciones físicas. Secándose las gotas de lluvia, el líder que acuñó el término de Socialismo del Siglo XXI dijo que era agua bendita que caía del cielo en el día de San Francisco. “Con esta lluvia nos consideramos bendecidos por la mano de Dios y de Cristo redentor. Es un preludio de lo que va a ocurrir: gana Chávez el 7 de octubre.”
“Viva el Socialismo, Viva la patria”, decía el mandatario, y la marea roja a la que se dirigía repetía “¡Viva!”. “Le vamos a dar una paliza a la burguesía, va a ser una gran victoria bolivariana y popular”, dijo Chávez entre confiado y demandante, pidiéndoles a sus seguidores que voten para que pierda el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática, a quien sin nombrarlo señaló como “el candidato de los grandes negocios”. Una mayoría de encuestas le otorgaron una ventaja a Chávez por sobre su rival de entre 10 y 20 puntos, mientras que unas pocas señalaron un empate técnico con final reñido.
Uh, ah, Chávez no se va.
El presidente hizo un repaso de sus catorce años en el poder. “Hoy ya no hay hambre en Venezuela. Era un país hambriento. Ya hoy todo el pueblo se alimenta de manera digna. Los niños, las niñas. Aquí había hambre y pobreza.”
La pobreza se redujo a la mitad y la pobreza extrema bajó del 21 por ciento al 10 por ciento, según datos suministrados por la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal).
Y señaló lo pendiente. “En los próximos seis años llevaremos la miseria a cero en la patria de Bolívar, ¡ay, Bolívar! Eso se debe a las políticas del gobierno revolucionario como la gran misión Barrio Adentro: aquí no había médicos para el pueblo.”
El presidente se refería a la misión Barrio Adentro, implementada a partir de 2003, que llevó módulos de atención médica cubana a los espacios más recónditos del país.
En medio de la algarabía y el apretujamiento, un señor grande que llevaba una visera roja al tono con la remera asentía, mientras el mandatario hablaba. “Chávez ha dado todo a las misiones y se ha preocupado por los ancianos”, dijo a Página/12 Argenis Chávez Gutiérrez, un entrenador de básquet de 61 años que espera jubilarse en el estado Barquisimeto.
–¡Hay victoria! –exclamó una joven unos metros atrás, vistiendo una remera con la inscripción “Pa’lante comandante”.
–¿Por qué apoyas este gobierno?
–Porque quiero la inclusión social, porque Chávez piensa en la igualdad de la gente, dijo la ingeniera de 33 años Dalimar Pónceres.
Al lado de Dalimar, su prima Rosserly Fucumayor agregó: “Queremos una patria nueva, que los pobres tengan beneficios”. Rosserly, de 24 años, estudia diseño ambiental y busca trabajo, aunque por ahora no encuentra.
En el repaso de su gobierno, Chávez se permitió la autocrítica hablando en primera y tercera persona: “Yo sin duda he cometido errores, ¡quién no comete errores! ¿Acaso Chávez se vendió a la burguesía?... Estuve varias veces a punto de morir. No le fallaré al pueblo”.
A los jóvenes, a los ancianos, a las familias que lo fueron a apoyar, a ellos principalmente se dirigió Chávez, prometiendo que mejorará sus condiciones de vida. “El gobierno va a lograr que no quede ninguna familia sin vivienda en Venezuela en los próximos seis años. El desempleo era del 20 por ciento y lo bajamos al 7, pero cuando termine el próximo gobierno no debe haber ni un desempleado en Venezuela.”
El sonido de las cornetas, los cánticos y las bocinas se volvía ensordecedor de a ratos.
–¡Que viva esa bulla! –dijo Chávez e interpeló a sus seguidores sobre Capriles–. ¿Ustedes creen que un gobierno del majuncho (poca cosa) impulsaría la misión Mercal?
–¡Noooo!
–¿Ustedes creen que un gobierno de la burguesía apoyaría las universidades públicas?
–¡Nooo! –volvió a exclamar la marea roja.
–En nuestras manos no se va a perder la vida de la patria. Estoy seguro y sobre todo en las manos de la juventud venezolana no se va a perder ese futuro. Por mi parte, seguiré con ustedes, mi próximo gobierno comienza el lunes 8 de octubre –dijo el presidente, y resaltó que su gobierno creó 22 nuevas universidades en 14 años–. Estamos en el quinto lugar en el mundo en cuanto a matrícula universitaria. Tenemos que estar en el primer lugar en educación, salud, vivienda, alimentación, trabajo. Por eso estamos hablando de la vida de la patria. Se dan cuenta por qué les digo que se juega la vida de la patria.
De nuevo Chávez habló de la vida: “No vamos a permitir que vuelvan a aniquilar a Venezuela. Eso está en juego el 7 de octubre. Nos jugamos la vida de Venezuela. Está en juego la vida de los venezolanos, que desbordaron las principales avenidas del centro desde temprano, pero también de la aquellos venezolanos que se muestran esquivos de entregarle su voto el día 7.
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