Viernes, 4 de julio de 2014 | Hoy
EL MUNDO › LA GUERRILLA EN COLOMBIA
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla colombiana, cumple hoy 50 años inmersa en diálogos exploratorios de paz con el gobierno pero, al mismo tiempo, en una espiral de violencia que pone en duda su voluntad de terminar con el conflicto armado.
El 4 de julio de 1964 dieciséis hombres inspirados en la Revolución Cubana, algunos de ellos formados en el combate en la isla caribeña, organizaron una protesta en el municipio de San Vicente de Chucurá, en las montañas de Santander, y fundaron el ELN. El ELN nació apenas unas semanas después de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Tras 50 años de sangrienta lucha armada, aunque por caminos que no siempre coincidieron, ambas guerrillas buscan ahora el mismo objetivo: firmar un acuerdo de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos. De hecho, Santos, que ya tiene avanzadas las negociaciones con las FARC, decidió anunciar cinco días antes de la segunda vuelta de los comicios presidenciales que, desde enero de este año, también mantiene diálogos exploratorios con el ELN, que cuenta con unos 1500 hombres armados según reportes oficiales, para iniciar un nuevo proceso de paz.
Pese a la expectativa generada por este nuevo anuncio de paz, el ELN está inmerso en una espiral de violencia que pone en duda sus verdaderas intenciones y que ha suscitado numerosas reacciones adversas. En las últimas semanas, esta guerrilla atentó contra la fuerza pública en Bogotá y Medellín, las principales ciudades del país; mantiene secuestrado a un geólogo, una práctica que la sociedad colombiana rechaza y repudia, y atacó un campamento de trabajadores petroleros en Arauca, una región fronteriza con Venezuela. El ELN ha hecho de Arauca su principal fortín económico y militar, donde hace y deshace. En esta región ha declarado la guerra a la infraestructura petrolera con ataques continuos al oleoducto Caño Limón-Coveias, que transporta el crudo del interior del país al Caribe.
El ELN inició ayer un paro armado que termina el 6 de julio, en el que la guerrilla restringe, bajo amenazas de ataque, la movilidad de personas y vehículos por las carreteras y tendrá aplicación en vías, transporte y comercio en Arauca, Boyacá, Casanare y Santander y Norte de Santander, departamentos cercanos a la frontera con Venezuela.
Inspirada en la Teología de la Liberación, la guerrilla del ELN captó en sus filas a sacerdotes católicos como el mítico Camilo Torres Restrepo, “el cura guerrillero” (foto), que murió en 1966 durante su primer enfrentamiento armado, o el español Manuel Pérez Martínez, “el cura Pérez”, que comandó el grupo rebelde durante dos décadas.
Ahora, el jefe es Nicolás Rodríguez Bautista, más conocido como Gabino, quien era un niño cuando su padre ofrecía a los primeros guerrilleros del ELN su finca para reunirse y organizarse en San Vicente de Chucurá.
Para la historia quedarán los secuestros masivos ocurridos en 1999: el primero, un avión al que obligaron a aterrizar en el sur del departamento de Bolívar, otro de sus fortines, y el segundo, en el que interrumpieron un oficio y se llevaron a 300 feligreses en la iglesia La María, en un barrio acomodado de Cali. También la masacre de Machuca, en la que murieron quemados 84 civiles después de que los guerrilleros, al dinamitar un oleoducto en 1998, provocaran un incendio que se extendió a un caserío. A sus 62 años, Gabino tiene el reto de guiar el ELN hacia la paz y romper la creencia de que, en Colombia, los guerrilleros mueren de viejos.
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