El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva criticó las últimas filtraciones en torno de los acuerdos de confesión pactados por detenidos por el escándalo de corrupción de la petrolera estatal Petrobras. El ex jefe de Estado aprovechó un encuentro con blogueros en la sede del Instituto Lula de San Pablo para además defender al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.

El histórico líder del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) denunció presiones sobre los detenidos en el operativo Lava Jato para que mencionen su nombre e implicarlo en algún ilícito. “Yo ya escuché decir que en las preguntas, en las delaciones, el gran premio es decir el nombre ‘Lula’”, señaló el ex mandatario. Lula no dudó en desafiar a quienes pretenden relacionarlo con la corrupción. “Dudo que en Brasil haya un promotor, empresario, amigo o no amigo que tenga el coraje de relacionarme con algo ilícito.” Las declaraciones lanzadas por el ex mandatario ayer podrían responder a las recientes declaraciones del ex director del área internacional de Petrobras, Néstor Cerveró, en las que afirmó que la campaña de reelección presidencial de 2006 recibió una donación de entre 40 y 50 millones de reales como recompensa del negocio efectuado entre Petrobras y la compañía petrolífera de Angola, Sonangol. Lula manifestó estar tranquilo y recordó que no existe ninguna acción penal contra él. “El propio (juez que conduce las investigaciones, Sergio) Moro dijo que yo no soy investigado”, dijo. “Si hay una cosa de la que me siento orgulloso es que en este país no hay un alma viva más honesta que yo. Ni dentro de la Policía Federal, ni dentro del ministerio, ni dentro de la Iglesia Católica, ni dentro de la Iglesia Evangélica.”

Por otro lado, el líder brasileño recalcó que fueron justamente los gobiernos del PT, en concreto el de la presidenta Dilma Rousseff, los que crearon las condiciones democráticas necesarias y de transparencia para que comiencen las grandes investigaciones contra la corrupción en la petrolera estatal. “La presidenta Dilma será recordada por las condiciones creadas para castigar a quien se salió de la norma en este país, desde el más bajo al más alto escalón.” Al mencionar a Rousseff, recalcó la tentativa de la oposición, encabezada por el jefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, de propiciar un “golpe explícito” contra ella. “La democracia es tan seria que no se juega con ella. Ellos (los opositores del gobierno) intentan destruir la democracia negando la política.”