EL MUNDO
La amenaza que apretó el acelerador de la negociación israelo-palestina
Después del discurso en que Ariel Sharon advirtió que podría avanzar con una separación unilateral de los palestinos, las dos partes se preparan para reanudar mañana el diálogo rumbo a una cumbre.
Por Eric Silver *
Desde Jerusalén
Funcionarios israelíes y palestinos comenzaron ayer a establecer las bases para una cumbre, a pesar de las amplias protestas que recibió la amenaza del primer ministro Ariel Sharon de tomar una acción unilateral para separar sus comunidades. Funcionarios israelíes dijeron ayer que intentarían renovar los contactos con los palestinos mañana mismo, para arreglar una cumbre entre sus respectivos primeros ministros, Ariel Sharon y Ahmed reia.
Los palestinos reaccionaron con el orgullo herido a la amenaza de Sharon del jueves sobre una acción unilateral si reia no cumplía sus compromisos de la Hoja de Ruta internacional y no reprimía a las milicias armadas. Un ultimátum, dijeron, no será la forma de lograr la paz. Estaban especialmente irritados por la promesa de Sharon de apurar la construcción del cerco de seguridad de Cisjordania. Pero Saeb Erekat, negociador palestino en jefe, dijo ayer: “Estamos listos para reanudar las reuniones preparatorias. Si Sharon acepta sus obligaciones bajo la Hoja de Ruta, puede hacerse”. El vocero de Sharon, Raanan Gissin, insistió en que el primer ministro no “ahorraría esfuerzos” para reanudar las negociaciones. Como parte de la carnada, dijo que Israel estaba ofreciendo retirar sus tropas de cuatro ciudades de Cisjordania: Ramalá, Hebron. Tulkarem y Qalqiliya, así como relajar las restricciones que tienen los trabajadores y hombres de negocios palestinos para viajar. A su vez, sin embargo, los palestinos tenían que plantear planes concretos. “Queremos entregar el control a las fuerzas de seguridad palestinas –explicó–. No vamos a permitir que las organizaciones terroristas tomen el control.”
Israel está poniendo sus expectativas en Egipto, cuyo canciller, Ahmed Maher, debe llegar a Jerusalén antes de Navidad. “Esperamos –dijo Gissin–, que los egipcios impulsen a los palestinos hacia un cese del fuego.” Pero hace dos semanas fracasaron en convencer a los palestinos radicalizados de cesar en los ataques contra los colonos y los soldados, aunque se manifestaron dispuestos a parar los ataques suicidas dentro mismo de Israel. Ayer, Erekat reiteró la determinación de la principal corriente del liderazgo de lograr una amplia tregua, esperando que Egipto invite pronto a las facciones rivales de nuevo a El Cairo.
La administración Bush advirtió a Sharon acerca de tomar decisiones unilaterales. Pero ayer, el vocero de la Casa Blanca, Scott McClellan, dijo: “Estamos muy conformes con su discurso en general”. La respuesta más vehemente a la declaración política de Sharon, cuando dijo específicamente por primera vez que evacuaría algunos de los asentamientos en Cisjordania y Gaza, provino de la derecha nacionalista. Los partidos de línea dura Unión Nacional y Nacional Religioso acusaron al primer ministro de “darle un premio al terror”, pero no manifestaron ningún apuro en dejar la coalición gobernante. Effie Eitam, el ministro de Transporte, dijo que juzgarían a Sharon por sus hechos y no por las palabras. Dudaban de que las cumpliera.
El Consejo de Colonos advirtió: “Destruir los asentamientos y expulsar a los judíos de sus hogares sólo va a aumentar el apetito de los asesinos”. Itamar Ben-Gvir, un líder del ala extremista del movimiento Kach, llamó a Sharon “traidor”, el tipo de retórica que precedió al asesinato de un primer ministro anterior, Yitzhak Rabin, en 1995. “Lucharemos contra Sharon como luchamos contra Rabin”, dijo Ben-Gvir. “Los planes de Sharon obligan a nuestro pueblo a dar sus vidas por la santidad de la Tierra de Israel.”
Los funcionarios líderes de los asentamientos prometieron resistir la evacuación por todos los medios salvo la violencia. Elyakim Haetzni, un veterano colono de Hebron y ex miembro del Parlamento, dijo: “No cederemos. Es nuestra tarea probar a los estadounidenses que Sharon no puede cumplir. Si traemos a 5000 o 7000 personas al campo, necesitará 20.000 para removerlas. Esto es imposible. No tenemos suficientes soldados. Van a tener que traer a la OTAN”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.