El gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) celebraron un acuerdo para la salida y reintegración de los menores vinculados con la guerrilla.

Las dos partes anunciaron esta semana que acordaron el protocolo de salida y el plan transitorio de acogida para los menores que abandonen los campamentos de la guerrilla, un proceso que se iniciará el 10 de septiembre.

Para la ONU, es fundamental garantizar el restablecimiento de los derechos de los niños sin demora, para asegurar que puedan vivir una infancia y una adolescencia en paz. “Al decir sí a la paz, el Gobierno y las FARC-EP, con el apoyo de las Naciones Unidas y la sociedad civil, están mostrando su deseo de trabajar juntos hacia un objetivo común y construir un futuro mejor para estos niños y para todo el país”, señaló en un comunicado la representante especial de la ONU para Niños y Conflictos Armados, Leila Zerrougui.

“Me alegra ver que el compromiso y los infatigables esfuerzos de todos aquellos que han sido parte de este proceso, especialmente de las delegaciones del gobierno de Colombia y las FARC-EP, están a punto de dar resultados tangibles para los niños que han sido profundamente afectados por el conflicto”, afirmó Zerrougui. La representante de la ONU, además, se declaró dispuesta a apoyar, acompañar y supervisar la implementación de este acuerdo.

El protocolo anunciado este martes en La Habana llega después de que el pasado 15 de mayo el Gobierno y las FARC cerraran un pacto para sacar a todos los menores de las filas de la insurgencia y facilitar su reintegración a la vida civil. Tras casi cuatro años de negociaciones en la capital cubana, las dos partes lograron el pasado 24 de agosto un acuerdo de paz, que será rubricado definitivamente el próximo 26 de septiembre en Cartagena de Indias (Colombia) y se refrendará en un plebiscito convocado para el 2 de octubre.

Por su parte, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reiteró ayer que en el acuerdo de paz sí habrá justicia y sanciones, a diferencia de lo ocurrido en procesos anteriores cuando hubo amnistías completas. Santos hizo alusión a los intentos de varios presidentes que en los últimos 30 años buscaron acercamientos con los grupos armados, algunos de los cuales fueron beneficiados con amnistías, sin alcanzar el objetivo final. “Aquí había amnistías completas, perdón y olvido. En este (acuerdo) sí va a haber justicia, sí va a haber la aplicación de sanciones”, afirmó Santos en una ronda de entrevistas con radios locales.

Opositores del proceso con las FARC, como el partido Centro Democrático, liderado por el ex presidente Álvaro Uribe, criticaron el modelo de justicia transicional acordado con las FARC porque consideran que abre la puerta a la impunidad. Al respecto, Santos explicó: “La justicia transicional exige que haya castigos, sanciones, pero son sanciones que tienen otra concepción que transciende lo simplemente punitivo”. Además, agregó que habrá restricción efectiva de la libertad y que quienes sean hallados responsables de delitos atroces “no podrán estar como Pedro por su casa” por todo el país. “Se trata de un conjunto de sanciones que hacen que esa pena se considere una pena suficiente desde la perspectiva de las víctimas, y como en cualquier juicio, en cualquier justicia, son los tribunales los que deciden la forma de pagar esa pena”, afirmó el mandatario.

El jefe de Estado dijo también que quienes se sometan a la justicia transicional tienen que contar toda la verdad, reconocer sus errores, sus crímenes, sus delitos, y tienen que contribuir a reparar las víctimas. “Todo el mundo tiene que entender las consecuencias positivas de este proceso y que terminar el conflicto significa, por ejemplo, que no habrá más niños en la guerra, ni más colombianos muertos, ni más desplazados”, puntualizó Santos.

Santos además aseguró el lunes que gracias al cese bilateral del fuego no se han registrado acciones violentas relacionadas con la guerra durante la última semana. El mandatario añadió que esta es una de las evidencias por las que, a su juicio, acabar con la confrontación armada está permitiendo salvar vidas en todo el territorio nacional, incluyendo las de los mismos integrantes de los grupos ilegales.

El Jefe de Estado hizo un comparativo con la semana del 29 de agosto al 4 de septiembre del año 2010, e informó que para esa época se registraron 15 acciones violentas relacionadas con el conflicto armado, mientras que ahora, en 2016, no se presentó ninguna. “Es el beneficio claro y evidente de haber puesto fin a este conflicto armado, que nos desangró por tantos años”, enfatizó el presidente. Y agregó: “Desde entonces no ha habido un muerto, un herido ni un enfrentamiento con las FARC. Han sido muchas vidas que se salvaron”. El mandatario no sólo destacó que haya cesado la violencia con las FARC debido al cese bilateral del fuego, sino que también hizo un llamado a los colombianos para que en la votación del plebiscito por la paz esta decisión se ratifique.