Edenor aseguró en agosto que estaba al borde de la disolución, pero ayer su presidente mostró otra imagen.

“Con calores extraordinarios va a haber cortes de luz porque nadie hace una red para soportar 40 grados. Esto es como hacer una autopista de 18 carriles para que no haya un embotellamiento un domingo a la noche”, aseguró ayer el presidente de Edenor, Ricardo Torres. De ese modo, el ejecutivo se mostró en sintonía con el ministro de Energía, Juan José Aranguren, quien el miércoles reconoció que “la posibilidad de que haya cortes de luz durante el verano va a depender de la temperatura”. Torres buscó minimizar en todo momento el drama que suponen los apagones para la población al asegurar que en los últimos tres años los clientes de Edenor sólo sufrieron “cortes extraordinarios” una semana y media durante la ola de calor de diciembre de 2013 y otra semana durante febrero de este año. Luego agregó que en realidad los principales problemas se concentraron en el área de Edesur y “eso quedó en el imaginario como una situación tremenda”. Para reafirmar su idea apeló a una comparación polémica: “Edenor tiene 10 millones de personas viviendo en su zona de concesión. No puede no haber cortes. Es como decir ‘seguridad cero’. Usted va a Estocolmo y a alguien le roban el reloj”, aseguró.

–En Estocolmo no debe haber un porcentaje de cortes de luz como los de acá –le retrucó el periodista que lo entrevistó en radio La Red.

–Seguramente que no, pero en Estocolmo probablemente se consume menos electricidad, no más. Las redes quedaron sobredimensionadas. La gente usa más eficientemente la luz. En la Argentina, en el área de Edenor, la demanda en la última década creció 45 por ciento –respondió Torres, quien atribuyó esa suba al crecimiento de los habitantes del conurbano y al mayor consumo per capita alentado por “una situación de precios muy beneficiosa para los usuarios”.

Pese al crecimiento de la demanda, Torres remarcó que Edenor tuvo que enfrentar una situación de “cortes extraordinarios” sólo en diciembre de 2013 y febrero de este año y buscó trasladar la mayor parte de la responsabilidad a la distribuidora Edesur, controlada por la italiana Enel. “Yo entiendo que en el imaginario de la gente el tema de los cortes es tremendo. Pero la realidad de lo que pasó es que en una empresa colega tuvieron un problema importante en 2013 por el cual mucha gente se quedó sin luz durante mucho tiempo en la zona de Caballito y Flores, en medio de la Capital Federal, y eso quedó en el imaginario como una situación tremenda, pero no se condice con los números que tenemos nosotros”, aseguró.

Si bien la comparación con el pobre desempeño de Edesur, deja bien parada en términos relativos a cualquier otra compañía del sistema eléctrico argentino, las quejas de los usuarios también suelen ser recurrentes en el área de concesión de la distribuidora controlada por Pampa Energía. De hecho, Edenor reconoció su delicada situación en una comunicación enviada a la Bolsa de Comercio el pasado 4 de agosto en la que aseguró que si no se levantaba la medida cautelar que había frenado el tarifazo eléctrico la crisis derivaría nada menos que en la disolución de la empresa. “El cumplimiento de la medida cautelar llevará a la Sociedad al absurdo de encontrarse sin ingresos operativos, lo que impedirá hacer frente en término de días a los gastos de operación. Esto pondrá el servicio eléctrico concesionado en una situación de riesgo inaceptable, afectando a 2.800.000 clientes de Edenor y más de 7.800.000 de usuarios. La situación antes descripta, de mantenerse en el tiempo además generaría un déficit de caja para la Sociedad de aproximadamente 7000 millones de pesos en el año y la pondrá en situación de disolución y pérdida de su patrimonio”, remarcó entonces Edenor.

Torres, en cambio, ayer mostró una imagen diferente de la compañía que conduce, minimizando la crisis. “Edenor desde hace cuatro años viene invirtiendo 200 millones de dólares por año. Es un montón de dinero y esas inversiones mejoran la red. Por lo tanto, cada año estamos un poco mejor”, sostuvo el ejecutivo. Luego reiteró que, salvo en casos de calor extremo, los cortes suelen ser puntuales. “Con calor o sin calor, todos los días hay algún corte. Nosotros tenemos 2,8 millones de clientes, 40 mil kilómetros de cable. Todos los días un árbol se cae sobre un poste, un cable se quema, un transformador tiene un problema. Todos los días alguien tiene un problema”, concluyó.