EL MUNDO
Hoy sacamos los precintos, mañana tal vez negociamos
En momentos de fricción entre Irán y Europa por su programa nuclear, Teherán quitó los sellos de la ONU a su planta de procesamiento de uranio en Isfahan. Hoy se reúnen los observadores de la AIEA.
Por Anne Penketh*
Irán arriesgó su relación con Occidente al romper los precintos de la ONU en la planta de procesamiento de uranio para reabrir áreas que podrían utilizarse para desarrollar un arma nuclear. Un vocero de la Cancillería británica dijo que la decisión tomada en la planta de Isfahan violaba un acuerdo alcanzado con Gran Bretaña, Francia y Alemania en noviembre del año pasado, cuando Teherán suspendió todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio.
“La remoción de los sellos fue completada. La planta está en condiciones de operar ahora”, dijo Mohammad Saeedi, el vicejefe de la Organización de Energía Atómica de Irán. Sin embargo, en lugar de anunciar una ruptura de las conversaciones con Irán, el vocero añadió que los observadores nucleares de la ONU, reunidos en una sesión de emergencia en Viena, discutirían hoy una resolución instando a Irán a retomar la suspensión voluntaria. Los diplomáticos esperan un consenso sobre la resolución. Los tres países europeos estuvieron todo el día de ayer en negociaciones con otros miembros claves de la junta de 35 naciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) decidiendo cómo reaccionar ante el desafío de Irán.
Los diplomáticos occidentales dijeron que, a pesar de la violación de su acuerdo con los europeos por parte de Irán, no existía la voluntad entre los Estados no nucleares para llevar el caso de Irán ante el Consejo de Seguridad de la ONU para que éste le imponga sanciones punitivas. Los países como India y Brasil “no ven por qué ellos deber ser llevados ante el Consejo por algo que legalmente tienen el derecho a hacer”, dijo un diplomático, refiriéndose al derecho de Irán bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear a desarrollar energía nuclear para fines pacíficos. La reanudación de las actividades en Isfahan, que se esperaban, fueron llevadas a cabo bajo la vigilancia de la AIEA.
Pero parece improbable que Irán cambie de curso, a pesar de los pedidos de la junta de la AIEA. El jefe de la delegación de Irán a la reunión de la AIEA, Surus Naseri, dijo que Irán no revertiría su decisión, sembrando la inquietud de que la crisis podría profundizarse más. “No hay buenas opciones aquí”, dijo un diplomático.
Por su parte, Estados Unidos tendrá dificultades para encontrar aliados dispuestos a imponer sanciones contra Irán si Teherán se niega a revisar su posición sobre la controversia nuclear. Con sus enormes yacimientos petrolíferos y su posición geográfica estratégica entre Irak y Afganistán, Irán parece tener ventaja, ya que muchos países parecen reticentes a imponerle sanciones económicas. Teherán cuenta asimismo con el hecho de que una nueva intervención militar estadounidense es poco probable y que Europa, Rusia y China quieren evitar poner en peligro sus relaciones comerciales con el segundo productor mundial de petróleo.
Ante la reanudación de Irán de las actividades de conversión de uranio en la planta de Isfahan, Washington teme que éstas puedan ser dirigidas a la fabricación de armas nucleares, a pesar de la oposición de la comunidad internacional, que no llega a un consenso sobre qué actitud adoptar ante el problema. “Se trata de una decisión muy dura, destinada a modificar el equilibrio de fuerzas en las negociaciones”, estimó Shibley Telhami, profesor de la Universidad de Maryland y miembro del Consejo de Asuntos Exteriores, un centro de investigación. Irán, donde acaba de asumir el gobierno el nuevo presidente ultraconservador Mahmoud Ahmadinejad, ha enviado mensajes contradictorios, rechazando por un lado la última propuesta europea, que calificó como “insultante” y, por otro, diciéndose listo para reanudar las negociaciones, observó Telhami. El gobierno iraní “golpea con una mano y ofrece con la otra”, dijo el analista.
La amenaza de llevar el asunto ante el Consejo de Seguridad de la ONU y de imponer sanciones económicas a Irán ha sido manejada constantemente por Washington, que busca el apoyo de sus aliados de la AIEA. Pero la AIEAestá lejos de llegar a un consenso y muchos países en su seno han rechazado hasta ahora las presiones estadounidenses.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.