ECONOMíA
Branda todavía no se fue, pero ya disputan su lugar
Descontando que el ex senador perderá su cargo de director en el Central por haber sido procesado en la causa por las coimas, diversos sectores tironean para quedarse con el cargo que quedará vacante.
Por Claudio Zlotnik
Ricardo Branda todavía no fue destituido y en el Banco Central ya se pelean por la elección de su sucesor. El director de la autoridad monetaria caído en desgracia irá hoy al Congreso para defenderse de las acusaciones que pesan sobre él. Hace una semana fue procesado por el escándalo de las supuestas coimas en el Senado. Sus colegas lo dan afuera, y desde el Gobierno ya aparecieron los primeros candidatos. Roberto Frenkel, cercano a Roberto Lavagna, es uno de los que suenan. Del lado de Julio De Vido promueven al economista Eduardo Curia, actual asesor del ministro de Planificación. Desde la Casa Rosada, no obstante, dejan trascender que Néstor Kirchner aprovechará la vacante para seguir acumulando poder en el Central.
La casi segura salida de Branda, en todo caso, formará parte de un importante reacomodamiento de piezas en el Banco Central. Hay otros tres puestos clave que se definirán la próxima semana. Además, el directorio tendrá que decidir si confirma como economista jefe a un profesional de la ultraortodoxa CEMA, que fue postulado por Martín Redrado.
Los cargos de superintendente y vicesuperintendente de Entidades Financieras ya fueron asignados. Estos puestos estratégicos para el negocio bancario serán ocupados por dos kirchneristas que ya eran directores de la institución: Waldo Farías (hasta ahora también era el segundo de la Superintendencia) y Eduardo Cafaro. Los cambios no escapan a la pelea de Kirchner con Eduardo Duhalde. La Superintendencia era comandada por Jorge Levy, un hombre cercano al ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, pero su mandato se vence mañana. En los próximos dos años seguirá en el Central pero solamente como director. Fuentes del BCRA comentaron a este diario que la Superintendencia estará muy activa los próximos meses: hay una cola de financistas y empresarios que quieren abrir nuevas entidades financieras y buscan el visto bueno de ese organismo.
Farías fue ministro de Economía de Santa Cruz y goza de la máxima confianza de Kirchner. Aunque en Reconquista 266 reprochan la segura designación al frente de la Superintendencia: sus colegas en el directorio aseguran que no tiene la suficiente experiencia en el sistema financiero. Las resistencias a Cafaro, en cambio, son más políticas que técnicas. Algunos colegas suyos recuerdan su vinculación con el controvertido financista Aldo Ducler.
La vacante en la sindicatura del Banco Central también dio paso a las peleas internas. A Marcelo Griffi también se le vence el mandato mañana. Griffi llegó al Central de la mano de la Alianza y ahora el radicalismo no tuvo el suficiente peso político para sostenerlo en el cargo, a pesar de que el abogado recoge elogios en el directorio. Desde el Palacio de Hacienda promueven a Hugo Medina, actual titular de la Comisión Nacional de Valores. Redrado ya dejó trascender entre sus íntimos que no avalará esa nominación. En Economía, en tanto, afirman que el jefe del Central designó a un conjunto de funcionarios de su confianza para puestos clave, empezando por el gerente general del banco, Carlos Pérez.
Redrado también tendrá su día clave. En la reunión de directorio de esta mañana, o en la de la semana que viene, el directorio tendrá que expedirse acerca de su pedido para que Claudio Irigoyen, un economista formado en el CEMA, quede confirmado como número uno en la gerencia de Economía del BCRA. La resolución de este nombramiento también quedó en medio de los otros tironeos ya que los directores lavagnistas y algunos kirchneristas la objetan.
Si todos estos cambios se confirmaran, la conclusión sería que Kirchner continúa ganando influencia en el estratégico BCRA. Ya no sólo por los directores afines (Farías, Cafaro y Arnaldo Bocco), con el final abierto del eventual reemplazante del duhaldista Branda, sino porque ocupará puestos clave con tropa propia. Lo que también está claro es que, más allá de las disputas internas, cada una de las designaciones marcará la orientación de la política monetaria y cambiaria. Y le dará un perfil al sistema financiero de la postcrisis.