Esta noche se realizará el esperado debate entre los candidatos presidenciales que pasaron a la segunda vuelta y que el 4 de junio competirán por la presidencia del Perú: el ex presidente Alan García (1985-90), de la socialdemócrata Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), y el ex comandante Ollanta Humala, líder del Partido Nacionalista.

El debate será a las ocho de la noche (las diez, hora argentina) en un auditorio del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú y estará dividido en cinco temas: democracia, gobernabilidad y derechos humanos, política económica y lucha contra la pobreza, política social y anticorrupción, descentralización y seguridad ciudadana. García llega al debate con una amplia ventaja en las encuestas. Un reciente sondeo de la Universidad de Lima le da 61,9 por ciento contra 38,1 por ciento de Humala. Página/12 consultó con tres especialistas sobre lo que podrían ser las principales propuestas de cada uno de los candidatos en los temas centrales del debate.

Sin duda el tema económico es el que más expectativas despierta. El economista Humberto Campodónico señaló que “en las últimas elecciones salió derrotada la opción que ofrecía el continuismo del modelo neoliberal, porque tanto García como Humala proponen cambios a este modelo, aunque en esta segunda vuelta García se ha derechizado. El gobierno de García sería un continuismo corregido del modelo neoliberal. Humala, en cambio, podría cambiarlo todo. El péndulo en el Perú se ha ido a la extrema derecha, como sucedió en Argentina con Menem. Creo que García correría el péndulo hacia el medio, probablemente a una posición de centro derecha; con Humala el péndulo giraría más hacia la izquierda”. En opinión de Campodónico “una diferencia fundamental” entre García y Humala, que seguramente ocupará un lugar central en el debate, es su posición respecto del Tratado de Libre Comercio (TLC) que el presidente Alejandro Toledo ha firmado recientemente con Estados Unidos. Humala rechaza el TLC, mientras García lo apoya. “El TLC beneficiará a los sectores urbanos y a la costa, pero perjudicará enormemente al campesino de los Andes por el ingreso al mercado de productos agrícolas subsidiados por Estados Unidos. Esto agravará la ya terrible y desigual distribución del ingreso en el Perú”, señala Campodónico. Durante el debate, Humala seguramente se centrará en el impacto negativo del TLC, mientras García buscará matizar su apoyo ofreciendo compensaciones a los campesinos que se perjudicarán con este tratado. El futuro de los recursos naturales y el rol del Estado y de las transnacionales en su explotación será otro tema clave. “Ambos candidatos proponen renegociar los contratos con las empresas transnacionales que explotan los recursos naturales para que paguen más al Estado por esos recursos, pero Humala va más allá y habla de nacionalizaciones para que el Estado tenga una participación directa en la explotación de esos recursos”, afirma Campodónico.

En el tema de los derechos humanos ambos candidatos tienen un historial cuestionable. En el gobierno de García se produjeron graves violaciones a los derechos humanos en el marco de una guerra sucia contra la subversión armada y el candidato aprista lleva como vicepresidente al almirante retirado Luis Giampietri, uno de los símbolos de esa guerra sucia y ex colaborador del gobierno de Fujimori. Humala, por su parte, ha sido acusado de haber cometido torturas y ejecuciones extrajudiciales durante su gestión como capitán del ejército. “No confiamos en ninguno de los dos. Ninguno se ha pronunciado a favor del juzgamiento a los militares acusados de violaciones a los derechos humanos y tampoco se opusieron claramente a una reciente propuesta de amnistía. Humala ha ofrecido impulsar las reparaciones a las víctimas de las violaciones a los derechos humanos,García ni siquiera ha dicho eso, pero nos preocupa que se pretenda canjear reparaciones económicas por justicia, lo que sería inaceptable”, asegura Miguel Jugo, director de la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh). Cuando llegue el momento de hablar de corrupción, Humala tendrá la ventaja de no haber tenido antes una función pública por la que pueda ser acusado de corrupto y el negro historial en materia de corrupción del gobierno de García. Pero en su contra está la presencia en su entorno de cuestionados personajes vinculados a la corrupción del ex presidente Fujimori y de su asesor Vladimiro Montesinos. El ex procurador anticorrupción, Luis Vargas Valdivia, quien jugó un papel clave en la lucha contra la corrupción fujimorista, señala que “hasta ahora ninguno ha hecho una propuesta para implementar un verdadero sistema anticorrupción. Yo esperaría que lo hagan durante el debate y que no se limiten a las generalidades de ofrecer luchar contra la corrupción; espero escuchar propuestas concretas en este tema. Creo que el caso Fujimori no debería ser mencionado en el debate porque se correría el riesgo de politizarlo y hay que mantenerlo en el ámbito de la Justicia”.

Durante el debate, el ex comandante seguramente no dejará pasar la oportunidad de disparar directo contra el fracaso del gobierno de García, recordando que éste terminó hundido en la hiperinflación, la corrupción, las violaciones a los derechos humanos y el avance del terrorismo. Con esto espera poner sobre las cuerdas a su rival y ganar puntos clave. Adelantándose a esta situación, García se ha dedicado en los últimos días a intentar desacreditar las críticas a su gobierno calificándolas como “parte de una guerra sucia de quienes no tienen propuestas para el futuro”. Postura que se espera repita durante el debate. García llega al debate no sólo con la ventaja que le dan las encuestas, sino también con la fama de ser un orador brillante y polemista temible, mientras Humala es, por el contrario, un político inexperto, con una capacidad oratoria más bien limitada y de una rigidez cuartelaria. Todas las apuestas están, pues, a favor de García. Humala apuesta a dar la gran sorpresa.