Un desafiante Ollanta Humala anunció ayer que no le dará una tregua al gobierno de Alan García –que lo derrotó en las elecciones del domingo por 52,53 contra 47,47 por ciento, según el cómputo oficial al 98,7 por ciento– y no descartó trasladar a las calles la oposición al futuro régimen que se instalará el 28 de julio. Humala desestimó cualquier posible acuerdo con García. “El combate continúa”, le notificó el ex comandante al presidente electo. Humala lanzó esta virtual declaratoria de guerra al próximo gobierno durante una rueda de prensa reservada solamente para medios extranjeros, entre los que estuvo Página/12. A pesar de su derrota electoral, Humala dijo que se sentía “el ganador” de las elecciones y reveló que no saludará por su triunfo a García, a quien cuestionó duramente. También anunció que apoyará las movilizaciones de protesta contra el Tratado de Libre Comercio (TLC), firmado en abril pasado por el presidente Alejandro Toledo con Estados Unidos y que el Congreso deberá ratificar en las próximas semanas para que entre en vigencia.

“Yo no creo en convivencias políticas”, sentenció Humala, descartando así cualquier posible pacto con el próximo gobierno. Y agregó que tampoco cree en treguas, aunque dejó abierta la puerta para llegar a acuerdos con el régimen de García “en temas puntuales”, como la anulación de la Constitución fujimorista de 1993 y la restitución de la Carta Magna de 1979, algo en lo que humalistas y apristas coincidieron durante la campaña. Ante una pregunta acerca de si llevará su oposición al gobierno a las calles, Humala respondió que “eso dependerá de las circunstancias políticas”. Y, como quien deja flotando en el ambiente una amenaza, recordó que “en la región, incluido el Perú en el caso de Fujimori, el pueblo ha sacado a varios presidentes”. “El gobierno va a tener que andar con cuidado porque lo vamos a fiscalizar”, fue otra de las advertencias lanzadas por Humala al futuro gobierno de García, a quien atacó con la misma dureza que lo había hecho durante la campaña electoral.

“Yo no confío para nada en el señor García; su gobierno ha sido el peor y el más corrupto en la historia del Perú”, disparó contra el presidente electo. Pero no se quedó en cuestionar el pasado de García, también descalificó los votos que le dieron la victoria por una diferencia de más de 600 mil sufragios.

La línea ideológica que tendrá el Frente Nacionalista Democrático y Popular no quedó clara. “Ese Frente no será ni de izquierda, ni de derecha, será nacionalista, que significa el rescate de los recursos naturales y la industrialización del país.” Cuando Página/12 le preguntó sobre la posibilidad de que su bancada parlamentaria –de 45 congresistas en un Parlamento de 120 bancas– se divida, se limitó a señalar: “Espero que eso no ocurra”, revelando más una esperanza que una convicción en la futura unidad de su agrupación política.