El Banco Central concretó ayer su mayor intervención de las últimas tres semanas, al comprar 89 millones de dólares. Página/12 estuvo presente en la mesa de operaciones desde donde se maneja el mercado cambiario. La llaman la sala de las PlayStation y, de hecho, hay que hacer un esfuerzo por disociar el trabajo de un juego. Un juego vertiginoso. La fuerte liquidación de los exportadores le permitió a la autoridad monetaria incrementar sus reservas a un precio más barato que en la jornada anterior. El cierre en las casas de cambio no tuvo variación: 3,10 pesos para la venta.

El largo escritorio se extiende por todo el salón y está repleto de pantallas planas y de teléfonos. El jefe de la mesa, Ricardo Mare Peruzzotti, no pierde detalle de lo que ocurre en los mercados. No podría hacerlo ni aunque quisiera: cuatro monitores de 19 pulgadas muestran en tiempo real lo que sucede en el mundo de las finanzas. Otras 14 personas completan el equipo.

Las bolsas internacionales, las negociaciones de futuros, las operaciones con títulos públicos, el mercado de pases y de títulos del Banco Central (Lebac y Nobac) son algunos datos que en forma continua se fueron renovando entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde. Hay monitores que están conectados “en línea” con el Banco de Basilea. Sirven para concertar las inversiones que la Argentina hace con sus reservas. Ayer al mediodía, por ejemplo, se colocaron 300 millones de dólares en un depósito con vencimiento el 23 de junio. Se consiguió un rendimiento del 4,87 por ciento anual.

La estrella de la sala es el dólar. Cada funcionario reserva un monitor exclusivamente para seguir su evolución. Los operadores juran que no viven estresados, a pesar de que frente a ellos se apilan las ofertas de los bancos que quieren comprar dólares y las de aquellos que buscan vender. A diferencia de las mesas de los bancos privados, que tienen acceso restringido a la información del mercado, desde el Central pueden verse todas las intervenciones de las entidades financieras que están operando. Es llamativo ver cómo un banco extranjero se ganó 4000 dólares en apenas dos minutos, lapso durante el cual compró dos millones de dólares a 3,079 pesos y los vendió a 3,081.

En este ámbito, el Banco Central aparece como el jugador más importante del mercado. Es el que determina el nivel del tipo de cambio. Ayer, durante buena parte de la tarde, el BC mantuvo en pantalla una oferta para comprar dólares a 3,079 pesos. Pero los vendedores aparecían esporádicamente. A poco del final, el Central había comprado apenas 7,5 millones de dólares. Pero a 20 minutos del cierre decidió un cambio en la estrategia. Embolsó los billetes de los bancos que le ofrecían dólares a 3,080 pesos, un milésimo por encima de lo que pretendía. Con un solo “doble clic” se llevó 65 millones de dólares.

Y ahí empezó otra pulseada. Desde la mesa esperaron que volvieran a llover ofertas a 3,080. Pero ahora la mayoría de los bancos se habían plantado en reclamar 3,081. Desde el Central podían elegir: o resignarse a un aumento de las reservas de 72,5 millones o ir por más, pero pagando una milésima más caro. Y la decisión fue ir por más. En un contexto financiero internacional complicado, donde hay veces que las divisas parecen escasear, la estrategia de Martín Redrado es acumular reservas cada vez que el mercado lo permita. Ayer fue una de esas jornadas. Por ese motivo, a un minuto del final de las operaciones, se prefirió comprar otros 16,5 millones de dólares y completar una compra global de 89 millones. Ahora las reservas están en 24.558 millones.

En la city estiman que durante la próxima semana, el BC tendrá más oportunidades para ganar reservas: se aguardan liquidaciones importantes de divisas por parte de los exportadores y de las petroleras, que la próxima semana deben hacer frente al pago del anticipo del impuesto a las Ganancias.