Ehud Olmert no está viviendo una luna de miel. A sólo un mes de asumir, el premier israelí cosechó una popularidad de sólo el 35 por ciento, según una encuesta difundida ayer por el diario Haaretz. A pesar de que Kadima, su partido, ganó con un porcentaje de los votos bastante menor, 21 por ciento, esta cifra parece escasa para un mandatario que recién asume. Entre las explicaciones que esbozaron los analistas israelíes, no se escapó la inevitable comparación con su sucesor y mentor, Ariel Sharon, el líder político más popular de los últimos tiempos en Israel, que todavía está internado en coma. Según el sondeo del Instituto Diálogo, Olmert aumentó su popularidad tras sus recientes visitas a Washington y Egipto, pero aun así, los israelíes lo consideran débil en temas como la seguridad o la economía. Su ministra de Asuntos Exteriores –y antigua ministra de justicia de Sharon–, Tzipi Livni, es en cambio la figura del actual gabinete con mejor imagen pública. Otro dato no menor es que cerca de la mitad de los encuestados no coinciden con la elección del ex premier laborista Amir Paretz al frente de la cartera de Defensa.