Lunes, 24 de julio de 2006 | Hoy
Mientras el líder de la izquierda, López Obrador, promete endurecer la resistencia civil, el oficialista Partido de Acción Nacional (PAN) lanza su campaña “Por un México en paz”.
La lucha por la presidencia mexicana volvió a calentarse. Los dos principales partidos –el opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el oficialista Partido de Acción Nacional (PAN)– no paran de agredirse y rechazan cualquier propuesta de la otra parte. Mientras tanto, al Tribunal Electoral le llueven informes e impugnaciones. El Instituto Federal Electoral (IFE) rechazó todas las acusaciones del candidato progresista Andrés Manuel López Obrador ante la Justicia electoral. No obstante, el líder de la centroizquierda sigue adelante con su campaña: prometió endurecer la resistencia civil y anunció que presentará otras 40 mil actas electorales con errores.
La dirigencia del PAN aprovechó el único domingo en que López Obrador no organizó una manifestación masiva en la tradicional plaza del Zócalo para lanzar su contracampaña. En un intento por recuperar el espacio que la coalición de centroizquierda ganó desde que se conocieron los resultados del IFE, el partido oficialista empezó la campaña “Por un México en Paz”. Militantes panistas repartieron volantes explicando por qué es innecesario un recuento voto por voto y dando su visión sobre lo que viene sucediendo en estas últimas semanas. Además, ya anunciaron que entregarán una carta al Tribunal Electoral para pedir la convalidación del escrutinio, que lo dio ganador por poco más de 200 mil votos, es decir, el 0,58 por ciento.
El PRD, en tanto, se distanció aún más de cualquier diálogo con el oficialismo, excepto para acordar un nuevo conteo. El partido opositor calificó como “una tomadura de pelo” la propuesta que hizo el sábado el PAN para comenzar a negociar un posible gobierno de coalición. El partido de López Obrador, en cambio, continúa apostando a un recuento de los votos y, por eso, sigue presentando nuevas pruebas. El vocero del PAN, César Nava, consideró que la resistencia civil y la presentación de evidencias no son estrategias compatibles. “El endurecimiento de la resistencia civil es una nueva amenaza, eso refleja la esquizofrenia que padece el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Un día anuncian el envío de una carta y al otro día vuelven a las amenazas”, cuestionó el vocero panista.
La dirigencia perredista no sólo limitó cualquier tipo de negociación con el panismo sino que continuó con las protestas en el Zócalo, aunque esta vez sin López Obrador. A pesar de que la tercera gran marcha está convocada para el próximo domingo, cientos de simpatizantes se reunieron en la tradicional plaza durante la mañana y parte de la tarde para reafirmar su demanda. Bajo la consigna “Voto por Voto”, lideró el acto el jefe de gobierno electo de DF y amigo personal del candidato opositor, Marcelo Ebrard. La concentración en el bastión de López Obrador sirvió para demostrar que, aun sin su presencia, sus filas están movilizadas.
El dinamismo en las calles, con las protestas y las campañas de ambos lados, se contrapone con el silencio del Tribunal Electoral. El IFE presentó ayer un informe ante este tribunal, en el que asegura que las acusaciones de López Obrador no están “debidamente sustentadas”. El hermetismo del Tribunal Electoral, sin embargo, no permite especular.
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