Al término de sus deliberaciones, el 31 de este mes, los obispos católicos latinoamericanos y caribeños que se encuentran reunidos desde el pasado día 13 en Aparecida (Brasil) emitirán un documento que comenzará por una lectura del “Hoy en América Latina y el Caribe”, un análisis de la realidad que contendrá una mirada al “cambio de época”, pasando por la situación sociocultural, la economía, la globalización y la situación política. Incluirá además capítulos sobre “el daño ecológico”, culturas indígenas y afrodescendientes y “la Iglesia en este tiempo”.

El anuncio fue hecho ayer por el obispo de David (Panamá), José Luis Lacunza, al comunicar que los miembros de la asamblea aprobaron el esquema general del documento final, que ahora comenzará a ser trabajado por los participantes. Según informó Lacunza, “habrá siete grandes temas, por lo tanto siete comisiones y unas 17 o 18 subcomisiones, de acuerdo con la amplitud de los temas”. En términos generales, la propuesta elaborada por la comisión de redacción, que encabeza el cardenal argentino Jorge Bergoglio, respeta el pedido de la asamblea de utilizar el método de ver-juzgar-actuar para la producción del documento final. No obstante, se conoció que para arribar a esta conclusión hubo serias discusiones entre los participantes, a tal punto que una comisión especial, integrada por cuatro obispos, se reunió ayer por la mañana para reformular la propuesta que estaba circulando y reponer el criterio de comenzar el pronunciamiento con una mirada sobre la realidad.

Otras tres partes del documento estarán dedicadas a cuestiones más teológicas y doctrinales con las que se intentará discernir (juzgar) la realidad presente de la sociedad en América latina y el Caribe. Respecto de las propuestas de acción, además de aquellas cuestiones más directamente vinculadas al quehacer eclesiástico, los obispos tomarán posición sobre educación católica, familia, jóvenes y justicia, medios de comunicación, pobres y excluidos. No faltarán tampoco referencias al diálogo ecuménico e interreligioso y la dignidad humana.

El esquema general del documento tuvo una amplia aceptación de los participantes. De los miembros con derecho a voto, 107 se pronunciaron a favor, 26 en contra y 17 prefirieron abstenerse. A partir de este momento las comisiones recibirán aportes con la finalidad de elaborar, a lo largo de dos semanas, un borrador que tendrá que ser aprobado en el plenario.

Además del documento general –que seguramente no se conocerá oficialmente hasta tanto no sea revisado por el papa Benedicto XVI– la Conferencia General difundirá un mensaje breve –se estima que entre dos y cuatro páginas– dirigido a los pueblos de América latina. Esta declaración se divulgará al término mismo de las deliberaciones y contendrá los lineamientos generales de lo que se está debatiendo en Aparecida.

Algunas de las discusiones que actualmente se plantean entre los obispos tienen que ver con cuestiones tales como las controvertidas afirmaciones del Papa en relación con los pueblos originarios del continente –dijo que la “evangelización” no fue “un momento de alienación para las culturas precolombinas ni fue la imposición de una cultura extraña”–, la casi nula mención a los afrodescendientes y las menciones que Benedicto XVI hizo de las “sectas” para referirse a los cristianos no católicos. Muchos dudan en avanzar en estas cuestiones por temor a contradecir públicamente al Papa, aunque varias voces discrepantes ya se levantaron en el espacio de la asamblea.

Quienes conocen la dinámica de este tipo de encuentros adelantan que apenas ahora comienzan los verdaderos debates, de los que participan no sólo los miembros de la asamblea, sino también de manera indirecta los grupos de asesores instalados en Aparecida que redactan aportes y comentarios que sirven de base a las ponencias de los obispos.