EL MUNDO › EL ESPIA RUSO ACUSO DE ESPIA INGLES AL MUERTO

Habló el dueño del polonio

Alexander Litvinenko, el ex espía ruso asesinado en Londres el año pasado, era en realidad un espía británico, dijo ayer el sospechoso de su homicidio, Andrei Lugovoi. “Por su propia confesión fue reclutado y luego, aconsejado por el magnate Boris Berezovski, transmitió documentos del Consejo de Seguridad (ruso) y se convirtió también en un agente del MI-6”, dijo durante una rueda de prensa en Moscú.

En su elegante traje, el ex agente del KGB y ahora empresario Andrei Lugovoi podría pasar tranquilamente como el doble de la estrella de cine Daniel Craig, que encarna a James Bond. Pero el inteligente y rubio ruso que, según la opinión de la fiscalía británica, asesinó al ex agente de los servicios secretos rusos, Alexander Litvinenko, con el isótopo radiactivo polonio 210, dejó en claro que se halla en el lado opuesto al del agente cinematográfico. “Los servicios secretos británicos MI-6 y su agente Berezovski desempeñaron un papel protagonista de esta oscura historia”, afirmó Lugovoi ante decenas de cámaras de televisión y 130 periodistas ayer en Moscú. Dijo tener pruebas sobre esas acusaciones, aunque no dio más detalles al respecto.

Lugovoi sostuvo que el servicio secreto externo de Gran Bretaña, el MI-6, intentó reclutarlo para que consiguiera material que implicara en el crimen al presidente ruso Vladimir Putin. Además, aseguró que tanto Litvinenko como Berezovski, un duro crítico del presidente ruso a quien calificó de “maestro de la intriga política”, trabajaron para el servicio secreto británico.

Tanto los servicios británicos como Berezovski, la viuda y un amigo de Litvinenko se apresuraron a negar las acusaciones. Marina Litvinenko calificó desde París lo dicho por Lugovoi como “desinformación y provocación”, así como una contradicción a lo alegado en un principio. La viuda añadió que el presidente ruso, Vladimir Putin, calificó a su marido como “un agente ruso de segunda clase” que no suscitaba interés alguno para los servicios de inteligencia británicos. El amigo de Litvinenko Alex Goldfard dijo también que todo es desinformación “típica del KGB”. El Ministerio de Exteriores británico desmintió inmediatamente a Lugovoi, alegando que se trata de un caso criminal y no de espionaje. La fiscalía británica considera que tiene pruebas suficientes de la culpabilidad de Lugovoi.

En declaraciones a la radio rusa Echo Moscvy desde su exilio en Londres, Berezovski también negó las acusaciones lanzadas contra él. “Todo es una campaña de mentiras. Está claro que el Kremlin está detrás de la muerte de Litvinenko”, dijo ayer Berezovski, contactado por teléfono por la emisora rusa. Litvinenko era un estrecho confidente de Berezovski.

Este dijo hace meses que Litvinenko le había dicho antes de su muerte que Lugovoi le suministró el veneno radiactivo. Berezovski también negó trabajar para los servicios secretos británicos.

“El MI-6 sabe perfectamente que no soy uno de sus agentes”, afirmó el empresario.

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